domingo, 2 de septiembre de 2012

Divagaciones del migrante del American Dream

Óscar Prado*
Sábado, 1 de septiembre de 2012

Poco se sabía de la existencia de esos montes de éstas nuestras tierras, de esa nuestra propia historia convertida en una larga vereda; verdad que era impresionante poder observar de frente tanta estrella reluciente. A un lado, en su propio animal, iba bien sentado el “Chinto”, del otro lado al mío, la oscuridad. Los dos caminábamos en las orillas del río Bravo, que parecían las orillas del mundo. Los largos afluentes eran iluminados por la vasta luna que nos embebía a los dos de penetrante noche, de negruzcos arbustos. Lugares profundamente apartados de Dios. 
Sabíamos que teníamos que embarcar en los aguaceros del río allá por Matamoros. A duras penas íbamos a llegar al amanecer, siendo así lo que éramos, apenas unos niños, unos mocosos jugando a ser grandes, a vencer al mundo… un mundo de inciertos, de caminos cenagosos. Pero ahí estábamos viendo como la noche nos aspiraba y nosotros ascendíamos en el sueño insolente, cargados por los pasos de las grandes bestias, de nuestros cuerpos olvidados, de nuestras insólitas sombras proyectadas por esa luna grande y regordeta. Por ese sueño, de dos; dos sombras que en realidad eso era lo que éramos en ese amanecer de 1856. Cuando plagados de todas nuestras pertenencias que eran un par de huaraches, un sombrero y nuestra panza con hambre, nos encaminamos dejando allá en la loma de todos esos despeñaderos llenos de nopales, cacatúas y zopilotes. Ésos nuestros lugares del olvidado. Pronto ganaremos dinero. Construiremos un tramo del ferrocarril, pero también construiremos parte de nosotros. Del que va pal otro lado, del que va soñando “verdes” por dentro. 
Cuando por fin llegamos al fuerte una cuadrilla de mexicanos se esparcían como manchones sobre los esteros del río. Cuatro hombres desamarraban un mugrero de embarcación. En la cual nos montamos, como quince perdidos en la orilla de aquella parte del mundo, lejos de la mirada del de arriba, colmada de buenos para miserables como éramos todos los desdichados que íbamos ahí y que como pertenencia cargábamos con nuestra miseria y tripas, por cierto con un hueco de hambre y de frío. Conforme se adentraba en lo abismal de ésta, nuestra historia, de esta nuestra hambre, también se adentraba la inmensidad de las aguas que recordaban el amanecer. Ese que se había trazado para concedernos una nueva oportunidad de inventar el mundo. Ese mundo que poco a poco se asomaba a la otra orilla del mundo. En esas tierras de indios, cazadores de brujas. De gusanos de acero on the raíls que cruzaban grandes llanuras y planicies, atestados por esa raza blanca usurpadora del ánimo, de la fuerza, y en ocasiones de la vida, como lo que pasó con el padrastro de “Chinto”, que lo aventaron al río pa´ que se ahogara como perro, y ni como eso, ya que los perros no se mueren nadando. Se había muerto como cualquiera de nosotros lo hubiera hecho si hubiéramos estado allí. 

*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades UAEM.

El espacio público no sin nos-otros

César Octavio Cortés Velázquez*
Sábado, 25 de agosto de 2012

Es lamentable y muy indignante escuchar en casi la mayoría de los medios “periodísticos” una sola voz, causando desinformación, prejuicios, sobre aquellos movimientos que luchan por la información, la democracia y el bienestar. Estos espacios han sido cooptados por intereses que no buscan tomar en cuenta la grave problemática que padece la población mexicana. Las televisoras han buscado, principalmente desde 1988, reemplazar el ajetreo ideológico por la publicidad. Es inamovible la fe que iguala gasto publicitario y movilización de conciencia. La censura es una institución muy antigua. Esta tiene como objetivo moldear el carácter del ciudadano de acuerdo a las necesidades del régimen. La “información” que no convence pero que logra un objetivo importante de la antidemocracia: crear una opinión pública sistemáticamente mal informada y desinformada. Hoy desgraciadamente, la opinión pública mexicana está, básicamente, manipulada y confundida, tal y como la requiere el sistema en que vivimos. Estos espacios “informativos” considerar las protestas sórdidas y marginales, las propias del desconocimiento de lo real que ellos trasmiten a través de la pantalla o del periódico. 
Pero lo sobresaliente es ver desgastarse cada vez más la despolitización imperante, que provenía de las enseñanzas de la represión y de la desinformación. El espacio público no es más propiedad de la política donde consistía en obtener y retener el poder, ahora es el espacio de expresión de nuestro poder que busca el bienestar social. Las movilizaciones son exhibiciones de fuerza de la ciudadanía y no catástrofes de la vialidad, como suele calumniar y desinformar la televisión. Los movimientos sociales que se están articulando de manera pacífica, y cada vez más a gran escala nacional, no sólo convive la protesta, el pensamiento crítico, la información, la democracia, sino también la libertad. Y aunque se informe poco de los actos donde se reúnen decenas o cientos de personas en espacios públicos, es desde allí donde se levanta la voz para ser escuchados e invitar al activismo político al pueblo mexicano. No dejemos que el régimen priísta ni las televisoras monopolicen el espacio público. 

*Estudiante de Filosofía en la Facultad de Humanidades UAEM
cesar_cortesv@hotmail.com

sábado, 11 de agosto de 2012

Anormal

Everardo (Perro Rabioso) Martínez Paco*
Sábado, 11 de agosto de 2012

-¡Tu pierna me está estorbando!- le dijo mientras en su mente se repetían miles de groserías que su boca no era capaz de escupirle en la cara, se dio la media vuelta y le dio la espalda, él sostenía su mano con profundo amor, o bueno eso era lo que él creía que era el amor, ella pataleaba y le aventaba la mano que la sujetaba, pero la fuerza era mucho mayor. Todos los días era algo similar, antes de dormir se empezaban a pelear, algo raro fuera de lugar, pero que solo ellos podían frenar. 
Un día normal, como cualquier otro, decidieron ya no pelear jamás, su vida sería un poco más tranquila, llegaron al acuerdo que si alguien estaba molesto se calmaría y lo platicarían después, sin demoras y sin enojarse, no había razón para firmar un acuerdo, los dos estaban de acuerdo, todo por el bien del matrimonio. 
Los días pasaban con una simpleza sorprendente, aparentemente todo era normal, en sus cabezas ya no revoloteaban la ideas de fastidiar al otro, eso ya no pasaba, era en efecto un matrimonio normal, lo que ellos habían estado esperando y lo que querían para su vida, entonces, algo llegó a sus mentes, -¿esto es la normalidad, esto es lo que todas las personas anhelan y buscan, esto es por lo que estamos en esta vida, esto es lo que quiero para el final de mis días, esto es con lo que quiero vivir? 
Los dos buscaban una manera para cambiar esto, querían comportarse como antes, pelear, gritarse, salir de ese pinche monótona normalidad que les oprimía el cuello, pero sabían que estaban dentro de un acuerdo y que no podían romperlo tan fácilmente. Lo único que quedaba, era una vida conyugal abrumadora y fuera de lugar, no se podían comportar, igual, mejor, peor, no había un estado para describir todo este suplicio en el que se encontraban, no sabían que la normalidad era tan difícil, día con día no lo soportaban, no había manera de cambiarlo. 
Han pasado 20 años de que tomaron el acuerdo, todo parece normal, ella entra al baño, después él, ella deja la pasta de dientes abierta, él se molesta, todos esos 20 años de ira salen despavoridamente, la toma de los cabellos y estrella su cabeza en el lavamanos, cae en un gran charco de sangre, sonríe y ríe, por fin es normal. 
 
*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades UAEM

domingo, 5 de agosto de 2012

A un año de la Constelación

Sábado, 21 de julio de 2012
Davo Valdés de la Campa

Hace exactamente un año (del 20 al 24 de julio) se llevó a cabo un evento denominado Constelación Poética en varios puntos del país, incluyendo Cuernavaca. Este gran festival itinerante fue convocado por poetas y artistas de la frontera norte y fue replicado por grupos y colectivos de poesía en el centro y sur de México. Colectivo Intransigente (Tijuana), Mi país es un zombie (DF), Colectivo La piedra (Cuernavaca), Orquesta Eléctrica Cartonera (DF), Revista Moria (Cuernavaca), Kodama Cartonera (Tijuana), La Nueva Babel (Oaxaca), Colectivo Poético Asedio (DF), Poemantas (Cuernavaca), PoesíaYTrayecto (DF), Honda Nómada (DF), entre otros, fueron los colectivos participantes en lo que resultó una gran fiesta de la poesía joven mexicana. La Constelación se realizó con la finalidad de organizar en cada ciudad actividades que iban desde lecturas de poesía, intervenciones en espacios públicos, presentaciones de proyectos editoriales, talleres diversos, así como un Encuentro de colectivos y poetas en la ciudad de Cuernavaca. Se trató de una iniciativa que pretendía conectar esfuerzos desde diferentes ciudades del país, primero, para servir como un ejemplo de unidad ante las situaciones adversas (la violencia y la apatía que asolaba el país), y también, con el propósito de intervenir la realidad a través de la acción poética, dar a conocer propuestas artísticas emergentes, así como generar alternativas de mundos posibles en base a la voluntad creativa. 
El Encuentro en Cuernavaca fue un gran éxito. Se impartieron diferentes talleres, se realizaron intervenciones callejeras por las principales callejuelas del centro capitalino y en la ofrenda dedicada a los muertos por la lucha contra el narcotráfico localizada a las afueras del Palacio de Gobierno, y se cerró con una gran lectura a las afueras de la Casona Spencer, con gran respuesta del público y los escritores morelenses y de zonas aledañas que acudieron al llamado.
El jueves pasado, durante la tertulia literaria de poesía organizada por el Colectivo La Piedra, dos de los poetas que iniciaron la Constelación, regresaron a Cuernavaca. Y ahora vale la pena decir que todo lo que ocurrió fue gracias al amor que se tienen estos dos escritores: Jhonnatan Curiel y Karen Márquez. Con su visita, los recuerdos de la Constelación fueron inevitables. 
Hace un año, a través de las redes sociales, de blogs y páginas de internet, diferentes colectivos culturales nos conocimos en persona después de mantener un contacto y un intercambio y disfrutamos de la poesíavida. Nos unimos en un grito hermoso que se oponía a la situación del país. Un año después la relación entre los colectivos participantes se ha fortalecido, pero sobre todo, la situación del país ha cambiado y los jóvenes indignados toman las calles por miles. Se oponen a la violencia y al control mediático. El siguiente paso es el Festival Subterráneo 2012 que se llevará a cabo en la ciudad de México en octubre y noviembre. Allá vamos.

Una vez más la historia se repite

Sábado, 14 de julio de 2012
Angélica Ayala Galván* 

Las dos televisoras más grandes del país, el IFE y el “honorable” gobierno mexicano, volvieron a hacer de las suyas. Han creado una historia de novela, en la cual, los protagonistas por excelencia parecen ser la corrupción y la ambición de aquellos que supuestamente garantizan el bienestar del país. 
En su país de las maravillas, aquellos que se dicen llamar políticos, festejan el triunfo robado. Pareciera que aún no se percatan que detrás de las pantallas hay un pueblo que los está vigilando. La realidad del pueblo es otra, no se necesitan hacer ejercicios de imaginación para darse cuenta que la violencia, la pobreza y el desempleo son un hecho. 
Ante este panorama pareciera que todo está perdido, sin embargo, una vez más el pueblo vigila, el pueblo se levanta, exige que se le escuche y se le respete. Los estudiantes al son de cantos, pancartas y marchas no han hecho esperar su inconformidad, han demostrado y callado las voces de aquellos que decían que lo único que existía era apatía. Asimismo, le han recordado a los medios de comunicación que por más que distorsionen la información, la unidad, el pensamiento y la palabra son de ellos. Tienen la garra, tienen la voz para salir y hacer saber que nadie los va a parar, no sólo a ellos, sino a todos aquellos que se han sumado al movimiento. 
Los estudiantes muestran que el pensamiento crítico se hace presente, y cómo no hacerse visible ante tantos abusos de poder, ante la imposición no sólo de las recientes elecciones sino de un sistema que aboga porque todos actúen de la misma manera. Pareciera que hay un destino común, en el que la mano de obra estandarizada es una de las armas para enriquecer a las elites, y que mejor que sea con gente joven. 
El pensamiento crítico no se permite, porque éste genera conocimiento y con ello se evita la explotación, se evitan las injusticias, se evita seguir a un grupo de personas a las que sólo les interesa tener el control de aquellos recursos que le pertenecen al pueblo. 
¡Basta!, México no sólo exige elecciones sin fraude, exige espacios de libre expresión, asímismo, requiere de otras alternativas que no sólo se reduzcan a dos o tres candidatos. Se requiere de personas que conozcan las distintas realidades y problemáticas del país, se requiere de un cambio, pero no de un cambio comprado.

*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades UAEM.
angyayala@yahoo.com.mx

¿Qué es eso de vivir con dignidad?

Sábado, 7 de julio de 2012
Samantha Brito*

Al reflexionar sobre el presente político sobresalen muchos cuestionamientos sobre el proyecto de desarrollo y justicia social aplicado desde un lente neoliberal, que lo único que ha logrado con el pasar de los años es recrudecer la desigualdad y someter a condiciones (construidas desde el poder) precarias la existencia de la mayoría. 
Conceptos como la libertad, la justicia, vivir con dignidad son problemáticos porque dependen de convenciones sociales que brindan relatividad antes que una verdad. Sin embargo parece que hay un respeto casi sacralizado sobre los amplios espectros que son las culturas, cuando se trata de erradicar la base psíquica de nuestros actos donde se funden la violencia, la dominación y la diferenciación.
No obstante es un avance significativo el discurso de los derechos humanos universales, porque cuestiona la arbitrariedad de ciertas prácticas que aun cuando se den desde un esquema cultural concreto no por ello deja de demostrar una relación vertical de poder. Y es un poder de distintas escalas, globalmente sólo se mantiene en un par de manos que deciden el futuro (si es que eso existe) de todas las demás sociedades. 
Una perspectiva universal de la cultura podría referir a la diferencia como un elemento básico que debe reconocerse en los seres humanos para contar con mecanismos que brinden equidad, bienestar y libertad. 
Estos ideales desestabilizan al ser representados como “el caos”, porque el único sentido existencial que nos permiten conocer es un orden institucionalizado en las normas, prohibiciones y prescripciones que nos ataja a cada quien de manera desigual.
El vivir con dignidad es respetar y brindar condiciones de equidad, bienestar y libertad a la diferencia. Que el ser diferente no te de acceso a una baja o alta escala de jerarquía social. Retomar los principios básicos de convivencia en lógicas de reciprocidad. Todo nos ha llevado a vernos en términos de diferenciación jerarquizada que se institucionaliza con la violencia en todas sus formas. Debemos buscar el respeto a la diferencia, reconocerse diferentes humanos, animales, naturaleza y no condicionar la existencia de uno por otro. Los seres humanos somos diversos, pero tan es así que compartimos una base común que desarrollamos un esquema cultural que por lo menos estructuralmente perseguimos lo mismo: certeza ontológica. La diferencia no tiene por qué estar en una escala jerárquica y eso es lo que sucede. No hay condiciones de existencia plena conforme a la diversidad que somos y eso es y ha sido el proyecto de civilización.

*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades UAEM.
lamunequitaverde@hotmail.com

La suerte en alas de un pájaro

Sábado, 30 de junio de 2012
Patricia Romero*

Él contaba orgulloso que siempre corría con la suerte de estar un paso por delante, o uno por detrás, de la caída de la caca de un pájaro. En otros aspectos no podía decir que fuera afortunado, pero la buena estrella que lo acompañaba en su relación con las aves lo hacía sentirse insuperable. El trabajo que tenía no era bueno, sus amigos eran escasos y, además, su salud no era la mejor, pero sobrevivía. En el amor tampoco cantaba victorias. A Luisa la conoció luego de su fracaso con Amalia, y tardó ocho años en conquistarla. Luego de tres meses de relación ella tuvo que irse, él nunca supo por qué, pero ella tuvo que irse. En resumidas cuentas la vida que le había tocado no era digna de la menor envidia, lo único que lo salvaba era su fortuna con los pájaros.
Cuando algo salía mal no se deprimía, ni lloraba su pena más de media hora, siempre se reconfortaba diciendo que nadie en el mundo corría con la misma suerte que él, nadie en el mundo se salvaba de ser cagado por un pájaro.
En una ocasión, olvidó sobre la mesa de la cocina una veladora encendida, cuando volvió a casa vio que todo ardía en llamas. Los vecinos solo miraban, puesto que ya no era posible hacer nada. Todos lo veían con lástima, y se acercaban para darle algunas palabras de consuelo, pero él los sorprendía con la única respuesta que atinaba a darles: “Gracias Chonita, pero no se preocupe, nadie corre con la suerte, como yo, de vivir a salvo de las cacas de los pájaros”. Luego de un tiempo su comentario dejó de parecerles raro, pues lo mismo pasó cuando perdió su empleo, cuando le robaron el carro, cuando Amalia lo plantó en el altar. 
Las personas que le rodeaban lo tenían por loco, nadie comprendía que pudiera vivir tan despreocupado y tan orgulloso de algo que todos consideraban absurdo. Una tarde, justo cuando regresaba del trabajo, dos hombres se acercaron a él, lo encañonaron y le pidieron el reloj y la cartera. Él no opuso resistencia, y esto enfadó a los asaltantes. Le soltaron un tiro que dio justo en el estómago. Los dos tipos corrieron, él cayó al piso soltando la bolsa de alpiste que llevaba en las manos. Muchos pájaros se acercaron a su cuerpo, él los miraba comer mientras se repetía: “no todo es tan malo, nadie corre con la fortuna, como yo, de nunca haber sido cagado por un pájaro”.

* Estudiante de letras de la Facultad de Humanidades, UAEM
andro0717@gmail.com

Ranas y Trompetas: Las voces que transforman la realidad

Sábado, 23 de junio de 2012
Israel Galván Delgado*
Trompetas que se alzan no paren de tocar, 
muevan aquella piedra que se ha de levantar. 
¡Clamen! porque al fin hemos de llegar, 
Pues ésta guerra está a punto de terminar. 

Durante los últimos meses hemos escuchado voces con sonido de trompeta que quizá en otro periodo de nuestra historia en México no hubiera sido posible, no sólo son voces que se alzan con sonidos, sino con miradas, con letras, con imágenes, pancartas, con expresiones de necesidad y de hartazgo por la multiplicidad de problemas y situaciones (incluidas las elecciones); cuestionando promesas hechas y acciones que en vez de edificar y transformar a un pueblo que pide a gritos un vaso de agua para saciar su sed de libertad, sólo recibe vinagre que día a día reseca sus labios. Sin embargo, esas voces no paran de hablar y manifestar esa hambre de justicia y de una reforma, no sólo a las imposiciones de aquellos que sustentan el poder, sino a las mentes y corazones de una sociedad que al parecer ha perdido la cabeza y la sensibilidad ante la dignidad y pasión a la vida, pues pareciera ser que “vivir en automático” aún cuando fomente la indiferencia, evita el dolor, la angustia y la desesperación. 
Pero también hay bocas que vomitan ranas, que engañan, que manipulan y seducen de cualquier manera posible para tratar de hacernos “oídos sordos”, son ranas que lo único que buscan es controlar los intereses de unos cuantos, que buscan encantar a quienes los escuchan para después venderles lo que sea. “Las ranas son muy famosas por su molesto y constante croar” diría Aristófanes, pero han croado tanto que en ocasiones no podemos dejar de oírlos; un ejemplo son los “medios de comunicación libres”, que muchos concordarán, están muy lejos de serlo, o tal vez lo están pero sólo a aquellos capaces de pagar la construcción de una buena imagen pública. Al final, es un negocio y como todo buen negocio es rentable siempre y cuando haya un mejor postor. Pero no sólo los medios de comunicación, sino todos aquellos que utilizan el lenguaje prostituyéndolo con el único fin de encerrar a una sociedad que carece de hábitos como la lectura, la crítica y análisis, el verdadero diálogo y que precisamente no puede acceder a ellos debido a esa desigualdad de oportunidades que aún sigue latente; cuantas veces hemos escuchado esta frase: Cómo puedo pensar en leer cuando no tengo tiempo más que para trabajar y tener algo que comer.
Esta es una felicitación y un llamado a aquellas trompetas para que sigan tocando (estudiantes, amas de casa, líderes de diversos grupos, periodistas honestos, trabajadores y trabajadoras que día a día buscan una mejor calidad de vida, intelectuales que siempre están al pendiente de lo que acontece, y muchos más) para que sigan llegando a corazones duros, conciencias turbadas, pero sobre todo para opacar ese croar que se oye a diario. 

*Estudiante de Filosofía de la Facultad de Humanidades UAEM.

Génesis 11

Sábado, 9 de junio de 2012
Ricardo Molina Domínguez*

Esta columna lleva el título de un importante relato bíblico acerca del origen de la multiplicidad de lenguas sobre la tierra. Hoy pretendo hacer un pequeño homenaje a este espacio estudiantil universitario. 
Tradicionalmente se ha leído la diversidad de lenguas como un castigo, yo prefiero leerlo como un reto que hemos asumido los colaboradores y lectores de esta columna, el reto de la comunicación; pues en ella colaboramos personas de distintas disciplinas humanistas, con pensamientos diversos e incluso divergentes, pero con un sólo fin: reflexionar, y con una convicción: la humanidad. 
Intentar entendernos con el otro, a pesar de comunicarnos en español escrito, en ocasiones no es fácil; atreverse a intentar comprender al otro, a conceptualizar nuestra experiencia para hacerla comunicable, tampoco lo es. 
Hoy la experiencia está devaluada, la experiencia de los viejos carece de importancia; lo que prima es el momento, es la fluidez de la vida; relatar la vida vivida es conceptualizarla, aprehenderla y donarla al otro; escuchar y responder en respeto y equidad es un reto; expresarse en libertad es difícil, más no imposible, atreverse a hacerlo es un triunfo. 
El desafío de retornar a un lenguaje pre-babélico, dónde podamos entendernos todos, tal vez podamos encontrarlo en el dialogo mismo. Escucharnos desde nuestra humanidad no ha de significar ser iguales, idénticos; sino escuchar y comunicarnos en nuestra diferencia. El reto de la comunicación es un reto actual, comunicarnos es también informarnos y responder. 
No quedarnos en la dispersión por la tierra, sino apropiarnos de nuestro lugar, de nuestra particularidad y hacernos comunicables, expresarnos no sólo con la palabra, también con el gesto, con el cuerpo, con las acciones, hacer práctico el pensamiento y encarnar la palabra que se comunica es exigir congruencia adueñarse de la vida. 

*Estudiante de Filosofía de la Facultad de Humanidades UAEM.

Elecciones 2012

Sábado, 26 de mayo de 2012
Rodrigo Alexander Uribe Cevallos*

Son elecciones y, por lo tanto, la democracia mexicana ha entrado en acción. Los candidatos recorren el país para visitar a sus partidarios mientras gastan impuestos en una causa tan noble e imprescindible como lo es la elección de presidente. Todos, con la característica solemnidad de un sepelio, dan su mensaje al honorable pueblo de México. Vemos en un spot televisivo que Josefina Vázquez Mota dice: “Yo voy a ser una presidenta con falda, pero eso sí, con muchos pantalones”. ¡Claro que es mujer!, y muy mujer, por eso llevará falda, pero en el fondo tiene lo necesario para gobernar México, muchos pantalones. Por su parte, Enrique Peña Nieto nos dice en algunos de sus spots: “Tú me conoces, sabes que sé comprometerme, pero lo más importante, sé cumplir” “Como presidente de México eso es lo que yo voy a hacer aquí, comprometerme y cumplir”. ¡Sabemos quesabe comprometerse!, su partido fue especialista en eso cuando tuvo el poder, pero lo que sabe, y aparentemente nosotros no sabemos que sabe, pues eso no lo dice, es cumplir. Curioso si pensamos que su promesa, con lo que se compromete, es comprometerse y cumplir. Por el otro lado, Andrés Manuel López Obrador en un spot hace una remembranza desde la revolución hasta el momento presente, y sale en todos sus comunicados matutinos con la imagen de Benito Juárez atrás. ¡Obviamente él es el heredero de nuestro panteón mexicano!, el seguidor y representante de esos ideales. Por su parte, Gabriel Quadri presenta sus spots por medio de cuatro jóvenes que representan a los cuatro candidatos, en donde cada uno se define a sí mismo: JVM “soy estricta y muy conservadora”, EPN “me gusta verme bien”, AMLO “soy muy amoroso” y GQ “soy un profesor comprometido con mi profesión y mi país”. Los otros candidatos se definen únicamente por una actitud personal, desligados de toda referencia, pero él, además, tiene otra característica, ¡es un profesionista!, y el único que menciona una relación, y de compromiso, con el país y la educación.Los cuatro candidatos se presentan a sí mismos como propuesta diferente, como la única opción ante los problemas del país. 

*Estudiante de Filosofía, Facultad de Humanidades, UAEM

Retahíla

Sábado, 12 de mayo de 2012
Miguel Ángel Romero Méndez* 

Borges escribió alguna vez que a todos los hombres les toca vivir en una época difícil. Yo estoy de acuerdo con él. Mi época es difícil porque es la época del doble discurso, de ser diplomático cuando conviene a mis intereses y ser tolerante al grado de tolerar la intolerancia. Me tocó vivir junto a gente que se queja de todo a todas horas y piensa que las cosas se van a solucionar solas. Me tocó vivir junto a personas que hablan sobre “la corrupción”, “la inseguridad”, “el desempleo” pero nunca se han preguntado a que se deben. Personas que quieren calles limpias, avenidas sin baches, que saben que el dinero no crece en macetas ni se oculta bajo las piedras pero que prefieren evadir impuestos y dar mordidas. Personas que creen que aquellos de conducta intachable van a estar en los puestos de gobierno. Personas que no aceptan su responsabilidad por mínima que esta sea. Personas que culpan a la caja de pandora de todo lo desagradable que sucede. También están los que abogan por la igualdad de condiciones y son los primeros en correr para salvar su patrimonio. Los que no leen ni el libro vaquero y los que cada semana lo compran. Los que hablan mucho y actúan poco. Los que creen que leer veinte minutos al día ayuda a mejorar las condiciones. Los que se han leído ciertas cosas que alguien, en algún momento determinó como respetables y por eso se creen mejores que todos. Los que escriben con palabras grandes, oscuras, rimbombantes e incomprensibles para disimular que lo que dicen no tiene (mucho) valor. Los que creen que tienen un fértil campo de ideas en la cabeza. Los que creen haber encontrado la Verdad y no saben o no quieren darse cuenta de que sólo encontraron una verdad de Perogrullo. Los intelectuales que a los cincuenta años siguen creyendo que van a cambiar el país mediante el discurso. Los que creen que una sola persona puede destruir un país. Los que consideran más peligrosa a la persona que piensa que a la que tiene un arma. Vivo en la época donde cada lunes nace alguien que tendrá delirios mesiánicos. La época que no construí pero donde leo, escribo y duermo. 

*Estudiante de filosofía de la Facultad de Humanidades UAEM

La literatura y sus efectos

Sábado, 5 de mayo de 2012
Carla Silvia Campos Torres*

“La literatura no es el resultado de un hombre, de la actitud asumida caprichosa-mente por un individuo, sino la fuerza de un idioma y su tradición. Un buen escritor no es el resultado de un deseo personal: es el resultado de países, de culturas; es el resultado en la misma medida que el lenguaje lo es y el pensamiento lo es”.
Carlos Montemayor

Parte de la discusión de mi texto es la manera en la que se lee la literatura. Si se le concibe como un discurso de poder atravesado por fuerzas donde se reproduce el sentido común construido por occidente o si es únicamente el producto de la imaginación del autor.
Para centra el análisis usaré la novela El luto humano del escritor mexicano José Revueltas en donde se mencionan la animalidad que hay en el humano y diversas figuras de animales. La novela narra la historia de una comunidad en la montaña. La muerte de una niña llamada Chonita; hija de Cecilia y Úrsulo, desencadena varios hechos y reflexiones acerca de la vida rural, la miseria y la violencia vivida en México en tiempos de la guerra cristera.
En esta novela a los indígenas se les atribuyen características animales. La novela sugiere un mayor grado de animalidad en ellos, se les liga a la figura del bárbaro.La asociación entre barbarie y mujer aparece frecuentemente en la historia. El personaje de La Borrada es descrito como “una hembra indescifrable y oscura, con ojos turbadores, salvajes y primitivos”. Cecilia es asemejada a un animal negro y traidor que se vuelve en contra de su marido Úrsulo. La muerte de su hija fue necesaria para que ella traicionara el matrimonio que tenía con él. ¿Y por qué asociar el color negro y al animal con la traición? ¿Se podría pensar lo mismo del blanco o del rojo?
La imaginación cnstruida alrededor de lo animal no es gratuita, no es solo producto de la imaginación del autor, tampoco es inocente y lleva dentro de sí la exclusión de lo que occidente ha dejado fuera en su concepción de hombre, en su concepción falologocéntrica. Parte de esta imaginación promueve el maltrato a los márgenes: mujeres, animales, indígenas, entre otros.

* Estudiante de Letras de la Facultad de Humanidades UAEM.

lunes, 30 de abril de 2012

¿Visibilidad Lésbica?

Sábado, 28 de abril de 2011
Edalith Alcántara Pérez*
A una Amada 
Apenas te veo así un instante, me quedo sin voz. Se me traba la lengua. Un fuego penetrante fluye en seguida por debajo de mi piel. No ven nada mis ojos y empiezan a zumbarme los oídos. Me cae a raudales el sudor. Tiembla mi cuerpo entero. Me vuelvo más verde que la hierba. Quedo desfallecida y es todo mi aspecto el de una muerta. 
Safo 

Dos mujeres besándose, tocándose, la fantasía hecha realidad para cualquier hombre, la bendita multiplicación de senos y vaginas. Como en un caleidoscopio, las imágenes se forman y aparecen nalgas y piernas entrelazadas, cuerpos fragmentados. Las dos mujeres no tienen nombre y no importa porque el que mira se inventa todo, hasta que este espectáculo está orquestado sólo para él. 
No hay relevancia en que dos mujeres se toquen y se amen, porque no son nada. Y así, convencidas de su insignificancia, se dejan convencer que las experiencias amorosas con una igual son un ejercicio que las encumbrará como buenas amantes para un hombre y nada más. Después la tarea se torna más sencilla pues éstas serán llevadas al claustro en donde los Otros les enseñaran cuál es su historia mientras las canonizan como madres y esposas amorosas. Entonces, sucede algo increíble: las que son sometidas a esta amnesia se sienten agradecidas y salvadas. 
Sin embargo, no todas quieren doblegarse y olvidar y se empeñan en hallar rastros de voces disidentes: “Así, cuando yo mía / te llamo, no pretendo /que juzguen que eres mía, /sino sólo que yo ser tuya quiero”. Es la voz de Sor Juana que les hace eco a las que buscan. Con esto descubren que el engaño, hábilmente forjado, es insostenible y que siempre han estado en los anales del tiempo, saben que han sido repudiadas y castigadas sólo por ser mujeres y por amar a mujeres. El efecto de la adormidera ya casi se desvanece y ellas son capaces escudillar el mundo que se les ha inventado y se dan cuenta que en éste nada es natural y nada está puesto al azar, por lo menos ahora algunas se dan cuenta. 

*Estudiante de Letras de la Facultad de Humanidades UAEM.

domingo, 15 de abril de 2012

El Arte por encima de la tecnología

Sábado, 14 de abril de 2012
Óscar Prado* 

Siempre me ha parecido que muchos piensan que el arte es un fenómeno demasiado complejo, pues éste nunca ha estado remitido, únicamente, a un grupo socioeconómico o preferente de la humanidad hablando en términos históricos, sociales y culturales. Aún con todo esto, al paso de los tiempos, ha ocurrido muchas veces que, los grupos empoderados de las sociedades; digamos en tiempos modernos, para situarlo en nuestra lógica; han ejercido un control de los criterios sobre éste, y que muchos de éstos, fueron emanados durante el proceso de un colonialismo (más adelante definido en México como posrevolucionario y nacionalista-progresista, además). 
El arte ha llevado un desarrollo muy específico en Europa; encajado, en toda una tipificación y derivación lingüístico-conceptual, que históricamente no había operado en otras regiones del mundo, abstrayendo todo el saber que componía el ethos europeo, en el único conocimiento validado para ellos y sus colonias, después de la Revolución francesa. Conocimiento racionalizando, descompuesto en partes. Diseccionado. Lo que pudo no haber sido lógico en muchas culturas que eran ágrafas. Aunque sabemos que muchas sociedades, han embellecido sus objetos funcionales para la vida cotidiana, creando desarrollos estéticos sobre los objetos tecnológicos usados cotidianamente (sobre canoas, cuchillos o armas), éstos, en muchas culturas del mundo, han sido formas de reflejar sus imaginarios, sus formas de ordenar el tiempo, el espacio, la caza, el tiempo de vincularse socialmente, en un todo coherente, que a un tiempo explica una sociedad, pero que puede mostrar la gran diferencia con otras, por muchísimos elementos, pero los que no son suficientes para seguir considerando, hoy por hoy, a éstas, culturas enemigas de manera consciente. 
Un ejemplo claro de la falta de esto, es como los europeos de siglos pasados impusieron, lo que puede ser sancionado quizá como arte, pero que en realidad ha sido una actividad de tipo ornamental con la que se ha embellecido el espacio, social y terrestre de muchísimas culturas a lo ancho de todo el planeta y en todos los tiempos. Significantes que han sido parte crucial a través de símbolos, y que siguen siendo hoy, la misma forma en que la sociedad va sancionando lo que es importante para la vida sociocultural de muchos seres humanos, diversos, en todo el mundo. Continuamente, va la marcha de la cultura, siempre pretendiendo que lo que brilla es lo más bondadoso, pero a veces ocurre que es al revés. Que muchas veces el cordero puede ser el verdadero asesino en la escena. El fenómeno del arte está anclado, a una diversidad de culturas, modos de asombro y, a una serie de razones que nos son misteriosas, espirituales, y muchas otras cambiantes y seductoras, insertadas en un mundo comprimido por los medios globales, tecnológicos, y por los procesos financieros que determinan la dinámica cultural del mundo actual. 

*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades UAEM.

viernes, 6 de abril de 2012

El ensayo filosófico como nomádico

César Octavio Cortés Velázquez* 
Sábado, 7 de abril de 2012

¿Qué es un ensayo? El ensayo es una forma de escritura que se ha opuesto a cierto sistema tradicional de la academia filosófica. Podría decirse que es un intento, una posibilidad, una prueba, algo que se presenta sin la pretensión de la definidad, que no habla de una verdad de carácter permanente, acabado. Lo que trata un ensayista filosófico, son contenidos de “verdad” como históricos en sí mismo. Así que, como indeterminado y en constante cambio se le pueda relacionar con el carácter nómada. Además de que el ensayo conserva su marginalidad como una constatación. El ensayo es nomádico en virtud de que des-apropia, expone a perder el modesto patrimonio. 
El ensayo filosófico desteje más que el anudar o el reforzar los nudos, tensiones, previamente trabados en los textos del sistema filosófico. Es decir, trastoca los sentidos, desmonta el conjunto de yuxtaposiciones, relaciones, torsiones, que constituyen al texto sistemático de la tradicional filosófica. Tiene la tarea de desnudar el tejido de alguno de esas perspectivas, y trenzar sus cabos juguetonamente de otro modo, o bien los deja definitivamente sueltos. El ensayo se presenta como un trabajo lúdico, pero no por ello informal. También, sabe que los problemas sobre los cuales especula han sido preformados culturalmente, sabe que es interpretación activa de dichos problemas, y sabe que, en tanto interpretación, es afirmación provisional de una perspectiva específica de lectura. Por lo tanto, emprende el camino nuevamente en la creación de nuevas perspectivas. 
Así mismo, el ensayista asume la historicidad y la producción del sentido en el lenguaje que maneja. Sin embargo, si el ensayo es una forma de escritura filosófica al trabajar con conceptos, no por ello los entiende ya definidos. Tiene una concreción provisional y superficial de las palabras que llega a valerse. Aunque, muchas de las veces llega a manejar metáforas en vez de conceptos. 
Por último, el ensayo tiene una condición subjetiva. El ensayo es subjetivo y no objetivo, en virtud que interpreta. La crítica del ensayo es la voz de la subjetividad que no se cree la necesidad de su doblegamiento, subordinación, al Todo, y comienza por señalar que la coherencia misma del discurso apologético del Todo deja mucho que desear. 

*Estudiante de Filosofía en la Facultad de Humanidades UAEM
cesar_cortesv@hotmail.com

¿Legal o ilegal?

Sábado, 31 de marzo de 2012
Everardo Martínez Paco*

Casi siempre me ha gustado mi nombre, 
incluso después de que se puso de moda la humanidad, 
y por eso, como suele hacerlo la gente joven y educada, 
lo escribí por todas partes
Goehte. Poesía y verdad 1811 

Recuerdo un día, no sé, un día cualquiera, al salir a la calle observé con tristeza que la fachada de mi casa estaba completamente rayoneada, en ella se observaban muchas figuras y colores diversos, sólo moví la cabeza como sinónimo de desaprobación, pero no podía hacer otra cosa, mi casa estaba completamente dañada. Ese día decidí caminar, la tristeza y la decepción me obligaron a llegar a mi destino a pie, cuál sería mi sorpresa, que lugares donde yo pasaba regularmente estaban totalmente tapizados con pequeños carteles donde salía un hombre sonriente y dejando una pequeña frase motivadora “que nadie se rinda”, ¿ya estamos en tiempo de elecciones? , pensé. Así seguí caminando y observando que todos los partidos hacían lo mismo, utilizaron la noche para atacar mi ciudad, para atacar la estética de la misma, daba igual si es un poste, un faro, una barda, un cristal, cualquier superficie era lo suficiente buena para deja ahí la insultante propaganda. Ahora bien, me remonté a mi casa y sus rayones y pensé: qué hubiera preferido para mi fachada, ¿un graffiti o propaganda proselitista? Creo que me quedaré con el graffiti. 
De esta manera me pregunto yo ¿Quién decide qué es legal o ilegal? ¿Qué es más ilegal, que un joven saque su furia contenida en una pinta callejera o que un político demente que quiere ganar una elección use tu pared como medio de promoción? Tal vez la respuesta es obvia, nadie puede pintar tu casa sin permiso, pero la ley marca que los partidos políticos pueden tapizar la ciudad con basura electoral. Sólo queda resignación, pero aún así, seguiré despertando y mirando mi ciudad llena de contaminación visual, caminando con tristeza y melancolía. 

*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades UAEM. 
ser.sk @hotmail.com 

Crónica de un retén no anunciado

Sábado, 24 de marzo de 2012
Citlali Salazar García *

Desde que salimos esa noche sabía que algo saldría mal, un extraño presagio lo envolvía todo, sin embargo, no hicimos mucho caso de la soledad de la calles y de unas cuantas patrullas que andaban por ahí. El chiste era ir a un antro y divertirnos un rato, yo pasaría por mi novia y mis amigos también irían en su carro. 
En el camino sólo se veían pocos carros y algunas bolsas de basura en los postes, al verlas fue inevitable recordar a los chavos muertos que aparecen en bolsas idénticas. Un escalofrío me recorrió ¿Cómo era posible que nos trataran igual que objetos? ¿En qué momento pasamos a ser desechables? 
Ya no me respondí porque en ese momento mi novia comenzó a hacerme la plática y a preguntar el porqué de mi repentina seriedad. Le dije que sólo estaba pensando en algunas cosas del trabajo. Luego de un rato llegamos al antro, yo me dediqué a tomar mientras mi novia bailaba, de pronto ella se puso medio loca por una chava que la había agredido y se comenzaron a pelear junto con otras chavas, salimos, su comportamiento me puso de mal humor y la subí al carro para irnos a mi casa. En el camino ella se durmió, las calles estaban más desiertas que nunca y yo iba manejando a más de 60 kilómetros por hora y cuál es mi sorpresa que al llegar a mi colonia me encontré a varios soldados haciendo guardia; no esperaba encontrármelos ¿Y ahora qué iba a hacer? Me detuve, mi novia se despertó mientras los soldados inspeccionaban el carro, se la pasaron cuestionándome y a ella la bajaron a pesar de que yo había protestado; así nos tuvieron como una hora, obviamente no respondí a todas las preguntas y cuando por fin harto de todo, le dije a mi novia que se subiera y arranque el carro… ellos me apuntaron y rompieron el contra parabrisas, de pronto mi novia empezó a llorar… la habían herido en un brazo, la sangre ya era visible; la baje rápidamente, grité y maldije a todos los militares, mientras ellos huían. ¿Y los delincuentes? –pensé- Los delincuentes bien gracias. 

*Estudiante de Letras de la Facultad de Humanidades UAEM

Violencia


Sábado, 17 de marzo de 2012
Davo Valdés de la Campa*

El día 28 de este mes se cumple un año del trágico caso de los jóvenes asesinados en el fraccionamiento Las Brisas en el municipio de Temixco. Pasaron 365 días y no ha ocurrido nada remotamente parecido a la justicia.
Aquella fecha significó para los morelenses la puesta en evidencia –notoria y dolorosa- de que la violencia había echado raíz en nuestro estado y que por vez primera (al menos ante los medios) la guerra contra el narco comenzaba a tener daños colaterales en la sociedad civil. Tantos días y tan pocos resultados –al menos por parte de las autoridades- porque diariamente siguen muriendo personas de formas que uno pensaría la humanidad había olvidado hace mucho tiempo; porque el gobierno no puede garantizar la seguridad, o sea la vida de los activistas y los periodistas que buscan la verdad y la justicia; porque los secretarios de la administración panista continúan pidiendo disculpas y escupiendo discursos absurdos que intentan justificar su falta de humanidad y cerebro. La violencia se ha convertido en una constante, pero es una mentira decir que “sólo se matan entre ellos”, ya dejamos atrás esa “ley criminal” y nos encontramos ahora ante una desbandada de delincuencia, extorsión, secuestro, robo, descuartizamientos en todas las esferas sociales. El poder del narcotráfico es inmenso, sólo hay que ver lo sucedido en Jalisco la semana pasada: en menos de dos horas las células delictivas paralizaron la ciudad. En algunas zonas del país el Ejército ya no tiene jurisdicción ni alcance. En otros simplemente ya no queda nadie. Nos despertamos todos los días con la incertidumbre y el horror. ¿Quién habrá de levantarnos y desaparecernos? ¿Los sicarios como a Juanelo o los mismos agentes del orden como a Jethro y Alan?
Hace un año el silencio de uno de los poetas más importantes de nuestro país desató a lo largo y ancho del territorio un grito nacional de “¡No más sangre!”; una fuerza movida por el dolor se desplegó hacia las plazas y los caminos y una esperanza surgió de pronto. Esperanza de que la justicia por fin cobrara las facturas por los desaparecidos o mejor aún que ellos regresaran sanos y salvos a casa. Las familias asoladas por la guerra de Felipe Calderón y los cárteles de la droga se unían bajo una misma bandera, marchaban hacia los pueblos en donde la violencia había cobrado más fuerza. Como alguna vez lo hiciera el EZLN, los miembros de la Caravana por la Paz se acercaban a escuchar los testimonios de todos los que habían sido silenciados por las balas u olvidados por el sistema.
Paso todos los días frente al palacio de gobierno en Cuernavaca y veo la ofrenda por todas las víctimas, mientras siga ahí los muertos sabrán que los estamos honrando, buscando darles paz por fin, pero también sentiré vergüenza porque cuando pudimos detener la matazón, preferimos esperar adentro de nuestras casas que esa noche la balacera no nos alcanzara a nosotros.
Tantos días y tanta desolación. El Movimiento por la Paz y la Justicia, a pesar de sus tropiezos políticos se ha mantenido en pie de lucha intentando que tanta indiferencia se convierta en acción y solidaridad. ¿Por qué tenemos que esperar a que la Muerte llegue por nuestra familia o a nuestra colonia para exigir un verdadero alto a la guerra?

* Estudiante de letras de la Facultad de Humanidades

sábado, 10 de marzo de 2012

Ósculos negros de una noche de verano

Sábado, 10 de marzo de 2012 
Rodrigo Alexander Uribe Cevallos* 

La Verdad nace!”: En algún punto de la extensión del espacio y en algún momento de la evolución del tiempo la Verdad nace. Después de que nace, la Verdad, se busca. -¡Oh!- Dolores de parto. -¡Oh!- El clamor de los que no se han enterado, de los que tendrán que agradecer su nacimiento, de los que vivirán bajo el yugo de su descendencia. -¡Pero si es luz!- alguien grita, -¡Veo, veo!-; mientras la estrecha multitud saliva por los corderos que pasarán al fuego. -¡Es blanca! ¡Es clara! ¡Es rubia!-. Su llanto parece armonía a sus consanguíneos, su llanto es dolor en el tímpano de su nodriza mulata, de su nodriza de naturaleza negra, oscura, confusa. 

“No me encuentro” 

Entre los muros y el polvo no me encuentro. Vago sobre las putas de las esquinas que iluminan los faroles. Me he perdido entre unas piernas, ahora entre pétalos me sigo el rastro. Las lágrimas que brotan chocan con la multiplicidad de pelos. Yo ya no me siento. Deje mi pecho con los pantalones. Mido mi pene cual zapatilla para encontrar a la cortesana que se escapó del cuarto a medio baile. 

“El sabor de un chocolate” 

El sabor de un chocolate es sensación o es recuerdo. Si es sensación pega con fuerza y es más nítido el impacto. Si es recuerdo acaricia constante y fluye con nostalgia. 

“Eco” 

Para morir me falta un suspiro./ Flotan mis ojos en una solución salina./ Vuelo esperando el impacto./ ¿Dónde? ¿Cuándo?/ La vida es llanto; la muerte, risa. 

“El Hombre” 

¿Quién lo ha visto? ¿Acaso ahí siempre ha estado? ¿Se pretende universal y por lo tanto nos lo representamos como eterno? ¿Es modelo y molde? ¿Es menos contingente que necesario? ¿No es retórica? ¿No es una construcción histórica? ¿No es un planteamiento teórico? ¿No es la ontología de un discurso? ¿Es genérico? ¿Por ser general o por ser un género? ¿No se planteó como posibilidad a condición de pasar por un proceso educativo? ¿No se desprende de un esquema jerárquico? ¿Es la condición de igualdad por excelencia? ¿Es esencia o es reflejo? ¿Es Derecho natural o nada más Derecho? ¿Es ipso iure o ipso facto? ¿Es categórico? ¿No es tautología? 

*Estudiante de Filosofía, Facultad de Humanidades, UAEM 

Algo que sentir

Sábado, 3 de marzo de 2012
Angélica Ayala Galván*

En los últimos meses en nuestro país se ha hecho alusión al tema de la violencia, de la carencia de alimentos en algunos estados del norte, asimismo, se ha puesto en boga el tema de las próximas elecciones electorales. 
Al respecto, han surgido múltiples reacciones, entre ellas están las de políticos que son indiferentes al observar una imagen de personas descuartizadas, al mismo tiempo hay personas que hacen visible que esos muertos no han sido olvidados por sus familiares. 
Por otra parte, algunos funcionarios públicos dicen que en México no hay carencia de alimentos, es más, somos flanco de la obesidad. Para qué invertir en alimentos, mejor hacerlo en algo que contribuya a la estética de la ciudad de México, con construcciones como la estela de luz, que por cierto, el día de su inauguración dejó sin electricidad a varias colonias. 
Mientras tanto los precandidatos se preparan con cientos de propagandas, las cuales se pueden resumir a un mismo discurso –“vamos a trabajar en la economía”, la salud, educación, turismo- actualmente estos discursos están de más. Por qué no mejor decir que esos sectores que tanto mencionan son acontecimientos, son realidades, hay gente que se está muriendo y mientras tanto, aún hay autoridades que piensan que la guerra contra el narcotráfico es un juego, que las heladas en la sierra son un cuento. 
A estos acontecimientos hay que agregar a las televisoras (Televisa) que pretenden “rescatar” y dar a conocer la vida de los indígenas por medio de las novelas, como lo están haciendo actualmente con los raramurís. 
Ante estos hechos hay tanto que sentir, hay tanto que decir, no se trata solamente de salvar vidas, se trata de respetar mundos, se trata de hacer las cosas diferentes, se trata de ir contracorriente. No se puede permanecer insensible ante estos hechos, pero tampoco se trata de lucrar con ellos. Hemos sido blancos de promesas rotas, actualmente se busca el respeto hacia otras realidades, se trata de humanizar, aun más, lo humano. 

*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades UAEM

El lado cultural del dolor

Sábado, 25 de febrero de 2012
Samantha Brito*

La desnudez con la que nacemos ha sido reprimida incansablemente después de sorprenderse de la belleza sin tapujos, ese cuerpo blando, sin nada, sin significado. Somos como un lienzo que conforme pasa el tiempo, la supervivencia exige la adaptación y adopción de formas de realizar cuanto acto sea necesario, con su posterior carga simbólica y de significado. Sin embargo, una vez que se establecen las instituciones y las relaciones sociales, quedan instaurados los discursos y las prácticas, envueltas de un aura de idealismo, que lleva implícito el deber ser institucional y una jerarquización. De ahí que no todas las personas seamos iguales, sino que todos tenemos una posición diferenciada en el mundo. 
Ese deber institucional coercitivo e idealista se nos impone porque tenemos que formar parte de una sociedad que nos acoja y nos permita desarrollarnos como seres sociales que somos. Pero cuando se insiste en acatar los patrones culturales en el amor, el sexo, el matrimonio, la familia y el éxito, las pruebas empíricas demuestran lo contrario: no necesariamente tiene ni debe ser así. Estas reglas institucionales que nos regulan cuentan con un discurso ambicioso, pero las prácticas concretas desmienten la universalidad occidental impuesta. 
Todo lo anterior genera distintos tipos de reacciones emotivas que pueden converger en alegría, dolor, pasión, frustración, indiferencia, sublevación, trascendencia. Aquí intento ambiciosamente explicar el por qué los individuos alimentan emociones, que fuera de toda mirada etnocentrista, acaban con sus vidas sumergidas en la frustración y el dolor cuando no encuentran sostén dentro de su cultura. 
Esas imposiciones discursivas que se manifiestan en el inconsciente y consiente de las personas convergen en una supuesta incompletud del ser, y son más las repercusiones cuando estas circunstancias son atravesadas por las relaciones entre los géneros y los sistemas económicos encaminados al consumo y acumulación de bienes. 
Cuando hablamos de los estereotipos de género, sobresalen la maternidad y el matrimonio como ritos de paso que te erigen como un ser (mujer) social, los bienes materiales y económicos (perro, carro último modelo), la creencia judeocristiana de la vida y la muerte. Con respecto a los varones, ser proveedor, tener aptitudes de cortejo y copula impresionantes, portar el estandarte opuesto a las mujeres: la dominación. 
Y cuando por alguna circunstancia no entramos en los estereotipos oficiales, comienza ese malestar que provoca la cultura, los cuestionamientos metafísicos de quién soy, qué soy, a dónde voy, por qué quiero lo que quiero y no lo que debe ser, lo cual conduce a un interminable camino hacia la incertidumbre, a la nada, porque no hay normalidad ni realidad, sencillamente somos. 

*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades UAEM. 



martes, 21 de febrero de 2012

El bolso amarillo Lygia Bojunga Nunes

Sábado, 18 de febrero de 2012
Patricia Romero*

Como una fuerte crítica a la condición infantil, Lygia Bojunga Nunes nos presenta El bolso amarillo –obra publicada en México en 1989, por Espasa-Calpe y la Secretaría de Educación Pública (SEP) – libro que aparece más que como un cuento para niños como una enseñanza para el mundo de los adultos. En él, la autora plantea aspectos comunes de la tolerancia y convivencia familiar, así como ciertas cuestiones sociales, económicas, políticas y culturales. Conservando siempre un tono accesible, la escritora brasileña ejemplifica de la manera más sencilla las situaciones cotidianas de la vida, incitando a lo largo de toda la obra a una interesante reflexión sobre cómo se conciben muchas situaciones en la actualidad.
 Siendo la menor de cuatro hermanos, Raquel se encuentra en constante conflicto con su familia, pues guarda para sí tres deseos: ser mayor, haber nacido niño y el de convertirse en escritora, además de sentir que no pertenece al espacio en el que vive, tal como menciona en alguna parte del libro: “cuando nací, mis dos hermanas y mi hermano ya tenían más de diez años. Creo que por eso en casa nadie tiene paciencia conmigo”, y como confirman los hermanos: “nació fuera de tiempo”, “nació cuando mamá no debía tener hijos”.
Raquel nos habla de la intensa búsqueda de un lugar para poder esconder sus deseos, y evitar así que los mayores los miren y se mofen de ellos. A la llegada del bolso amarillo, nuestra protagonista los sitúa en el interior, acompañados de una paraguas, dicha así porque había decidido ser mujer, un gallo llamado Alfonso, un imperdible, y unos cuantos amigos, y con su ayuda aprenderá cómo es más fácil tener paciencia y dejar que las burlas de la gente nos den un poco igual a cargar con aquel peso todo el tiempo.
 La paraguas le enseñará que ser mayor y ser niña tienen el mismo valor e importancia, mas todo está en saber llevarlos de la mano, y tener la destreza de disfrutar a cada uno en su momento. Del gallo tomará el empeño de luchar por sus ideales. Con el imperdible aprenderá que por más que parezca que el tiempo se ha terminado, siempre llega la posibilidad de hacer algo nuevo e interesante. Y por último descubrirá, gracias a la familia de “la casa de los arreglos”, que los niños y los mayores sí pueden convivir con tranquilidad y armonía. 

*Estudiante de Letras Hispánicas, Facultad de Humanidades, UAEM
andro0717@gmail.com

sábado, 11 de febrero de 2012

Normas para el humanista moderno

Sábado, 11 de febrero de 2012
Miguel Ángel Romero Méndez* 

Como ya tengo 22 años y he leído algunos libros, ya puedo hacer una lista con las normas para el humanista moderno. Con ella espero lograr que se me recuerde por mi talento al escribir y no por mi sarcasmo. 

-Por principio, hay que olvidar que el hombre es una construcción histórica o nos quedamos sin humanismo. 

-Se debe proteger a las minorías. Indígenas, homosexuales, enanos musulmanes, hombres caucásicos criados por ocelotes, etc. Promueve leyes que los protejan, vela por sus intereses, no importa que excluyan a las `mayorías´. Tampoco olvides que por ser minorías son más importantes que los demás. Ignora el hecho que las leyes que los protegen son leyes que excluyen a todo el que no es parte de ese grupo. 

-Debes vigilar (y castigar) que los derechos humanos sean respetados. 

-Cita a Foucault, para dar fuerza y verdad a tu argumento aún cuando la cita contradiga al mismo. 

-Di que todos somos iguales en tanto que seres humanos aunque no consideres igual a ti a la oligarquía que gobierna al país. 

-Defiende a los animales. Después cómelos. 

-Si eres filósofo humanista critica a la filosofía por ser poco útil, por eso el único filósofo que vale la pena leer es Marx. Lee El Capital, después finge que has leído todos sus libros y trata de explicar, todo, absolutamente todo, mediante la teoría marxista. 

-Di que el socialismo es la mejor forma de gobierno aunque nunca lo hayas vivido. Luego llama animal, represor o idiota a Hugo Chávez. 

-Defiende la libertad de expresión. ¿Qué alguien llamó `puto´ a un homosexual? ¿Qué las mujeres no deben votar? ¿Qué el comunismo sólo es una utopía? Indígnate, la libertad de expresión es sólo para expresar cosas progresistas. 

-Procura saber mucho sobre muchas abstracciones. Debes saber todo sobre indígenas abstractos, sobre homosexuales abstractos, sobre masas abstractas, etc. 

-Ten siempre presente que el futuro está en tus manos, si tú no cambias las cosas ¿quién lo va a hacer? De cualquier manera, siempre ten confianza en que la humanidad progresa.

*Estudiante de Filosofía de la Facultad de Humanidades UAEM.

domingo, 5 de febrero de 2012

¿Por qué correr?


Israel Galván Delgado*

Porque al correr sientes la brisa y frescura del viento en tu rostro cuando hay tiempos de fuego, ardor y un sol quemante que te consume.

Porque al final llegas a tu destino y si no, lo habrás construido al detenerte.

Porque a veces correr significa huir, y huir no siempre es de cobardes, sino de personas que reafirman que luchan por la vida, y buscan mantener la suya para dar vida a otros.

Porque no sabes que, quién te dice que corras, lo hace porque te respeta, te ama, y lo único que quiere es que goces de una vida plena.

Porque tú que estás lejos, si no corres, jamás podrás alcanzar aquel hogar que dejaste por años, aquel lugar que te vio nacer, jugar, divertirte, reflexionar, crecer y madurar.

Porque al final debes confiar que algún día correrán contigo la misma carrera, te alcanzarán y estarán juntos en paz, en esperanza, en una vida de eternidad.

 Vivimos en un mundo cambiante, lleno de movimiento, de transformaciones, de asombro; un mundo lleno de vida pero que en ocasiones parece que va quedándose en un abismo de indiferencia, incertidumbre, desesperanza. Sin embargo, es alentador que en medio de estas situaciones, aún existen “lumbreras” que truncan la oscuridad que nos rodea y que reflejan que sí es posible correr a pesar de la estaticidad.

 Por medio de este escrito les comparto a través de una perspectiva cotidiana, aquel “sentido” que en ocasiones uno busca al andar o en este caso al correr. Viktor Frankl en su libro llamado “El hombre en busca del sentido último” escribió unas líneas que en lo particular llamaron mi atención “La apatía, el adormecimiento de las emociones y el sentimiento de que a uno no le importaría ya nunca nada es lo que lleva a un hombre a detenerse”.

Si bien es cierto que en ocasiones las necesidades que encontramos, los conflictos que observamos a diario, más que generar una actitud de búsqueda, de mejora, de trascendencia, nos generan un espectro desalentador, es importante no detenernos en nuestro diario correr. Como individuos tenemos cosas a cuestionar, a transformar, a erradicar y mejorar, intentando no apartarnos de lo que pasa en los diferentes sectores de nuestra comunidad para permitir que ésta crezca con bienestar. Es importante no detenernos sea cuál sea la labor que desarrollemos para transformar la realidad en la que vivimos, pero solo comenzaremos al hacernos la siguiente pregunta: ¿Por qué correr? 

*Estudiante de Filosofía de la Facultad de Humanidades UAEM.

domingo, 29 de enero de 2012

A.M.O.R

Ángel Álvarez Franco*
 
Para Lezly Dayra Anzures González
¿Qué será el amor? Creo que sería presunción tratar de exponer una respuesta, pues cada persona lo entiende como puede, como le han enseñado o como lo ha sufrido, para muchos el amor es un sentimiento que se capta a través de un radar ubicado en lo más profundo de las tripas, donde se sienten las maripositas.

Para muchos otros alexitímicos, el amor no es más que un psicodélico coctel de químicos orgánicos que atacan frenéticos al menor impulso generado por nuestras necesidades, el apareamiento o la saciedad de nuestras carestías.

Muchos no podemos entender el amor sin el dolor en medidas discretamente letales, no podemos negar que el amor sea un dolor dosificado a intervalos de dicha, placer, hartazgo, alegría, tristeza, lujuria y la transferencia de fluidos corporales. No existe un amor por el cual no se tenga que batir en duelo la salud mental, no existe un amor por el cual no se deba violentar nuestra terquedad individualista, pues, el amor también es dejar de ser uno para poder ser dos en uno, no se puede pedir sin dar y quien afirme lo contrario es porque es un esclavo o un déspota, violento usurpador de amor que lo roba, lo quita a quien no quiere darlo, quien golpea y dice amar mediante sus puños es poco menos un enfermo mental y quien lo soporta es simplemente otro enfermo de la misma marca.

El amor, el buen amor, es aquel que te hace experto en violencia psicológica, te curte y te hace aceptar a quien tienes enfrente, las necesidades de los dos se integran en una creación amorfa y gelatinosa a la cual llamamos relación.

Igualmente el amor tiene muchos nombres, nombres de entes sobrenaturales y creados para ser adorados, temidos y amados, nombres siniestros que evocan nuestros temores, en mi caso el amor por fortuna se llama Dayra, en mi caso el amor significa resistol. ¿Resistol? Sí. Estar pegados hasta los huesos y pase lo que pase “mientras no pase el amor ni las ganas de estar juntos” mantenernos pegados apoyándonos, como decían mis abuelos, “siendo sandalia el uno del otro”.

No me queda más que agradecer a quien me ha enseñado y dado mi propio significado del amor, esperando jamás dejar de soñar, en caso de que el amor sea un sueño, qué más da. Al final de los buenos cuentos siempre los sueños se hacen realidad. Te amo Dayra
*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades UAEM.