sábado, 17 de mayo de 2014

Colectividad para lograr seguridad

Angélica Ayala Galván
Sábado 17 de mayo, 2014

Ultimamente la violencia se ha convertido en el tema por excelencia en los medios de comunicación, donde se reportan secuestros, homicidios, asaltos que han pasado a ser parte del paisaje.
Las autoridades señalan que para combatir estos hechos han recurrido al mando único, instancia que se rige de manera jerárquica por lo que cada elemento se encuentra a disposición de sus superiores. La palabra mando evoca otros términos como autoridad o poder, lo que permite pensar que el control es su prioridad y para lograrlo preparan a cada elemento bajo un sistema autoritario.
Es evidente que aumentar la fuerza pública no es la solución, porque el problema está asociado a otros fenómenos como el narcotráfico, el desempleo, la corrupción, por sólo mencionar algunos. Las personas han empezado a reclamar, denunciar y exigir que se les garantice al menos dos derechos básicos de los seres humanos, la vida y la libertad de poder realizar sus actividades cotidianas en un ambiente seguro.
Mientras las responsabilidades que le corresponden al Estado no estén cubiertas, la gente estará en su derecho de seguir organizando protestas y marchas para reclamar que las autoridades velen por el bienestar social. Ya lo dice el lema de las policías comunitarias “El respeto a nuestros derechos será justicia”. Las personas no están dispuestas a esperar quién será la siguiente víctima, quizá sea momento de tomar en cuenta la propuesta de “el pueblo cuidando al pueblo”. Como en el estado de Guerrero, donde brindar seguridad fue una de las causas por las que se formó la policía comunitaria, pero actualmente no es su única preocupación, también velan para que sus usos y costumbres se respeten, ahí, lo colectivo es lo primordial y las asambleas son el lugar para rendir cuentas y tomar decisiones. 
Vigilar a los servidores públicos es sólo un primer paso para lograr un sistema más justo, como dijo Simón Bolívar “el sistema de gobierno más perfecto es aquél que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”. Mientras tanto habrá que seguir participando y hacer que la colectividad se convierta en una herramienta para combatir la inseguridad y los abusos por parte de la autoridad. 

*Estudiante de Antropología Social de la Facultad de Humanidades de la UAEM
angyayala@yahoo.com.mx

sábado, 10 de mayo de 2014

De la muerte y otras argucias

Maricarmen Salazar
Sábado 10 de mayo del 2014

La muerte es unos de los hechos que más angustia al ser humano. Puede presentarse por una enfermedad, un accidente, una epidemia, una guerra o una catástrofe natural, pero lo que impacta no es la forma sino el hecho, no es la muerte en sí, sino nuestro estado de indefensión ante ella. Existen muchos placebos para tranquilizarnos, para justificarnos o para conformarnos: vida después de la muerte, reencarnación, transformación, trascendencia… 
Sin embargo, el temor a la muerte no ha sido suficiente para que el ser humano haya logrado elevar su capacidad humanitaria. La solidaridad suele estar determinada por intereses y conveniencias. Cada vez que hay una intervención por parte de los gobiernos para la resolución de un conflicto no es por la pena de tantas muertes, es por las pérdidas económicas y de poder que estos conflictos implican. Tampoco la intervención de empresas privadas es desinteresada, pues éstas solo buscan beneficiarse es aspectos de imagen, publicidad, reconocimiento y, sobre todo, de varo. Las instituciones que han surgido para mediar conflictos y evitar genocidios, hambrunas y destrucción tienen como dirigentes a diplomáticos que ganan miles de dólares, reciben recursos de los gobiernos, no se hacen cargo de sus gastos médicos, ni vacacionales, ni escolares y, por supuesto, tampoco resuelven los conflictos. Con respecto a las organizaciones de la sociedad civil, las tenemos de todo tipo: de derechos humanos y animales, de derechos laborales, en contra de la discriminación, a favor de la mujer, de la comunidad LGBT, entre otras, que reciben recursos y donaciones. Muchas hacen un arduo trabajo casi gratuito, a veces aportando del dinero propio y arriesgando su integridad física y moral. Otras, solo buscan lucrar.
Pareciera absurdo que necesitemos que la sensibilidad y la ética humana sean reguladas por instituciones, organizaciones de la sociedad civil o asociaciones de cualquier tipo. Sin embargo no lo es, porque por encima del temor a la muerte y la solidaridad, está el deseo de poder y no sólo por parte de quienes ya están en él, sino de una gran parte del mundo que considera necesaria una sociedad jerarquizada porque resulta un consuelo que haya alguien en una situación peor. Esa es una condición humana nefasta, pero común.

*Estudiante de Letras Hispánicas de la Facultad de Humanidades UAEM.



sábado, 3 de mayo de 2014

#Fuera Graco

Claudia Cruz
Sábado 3 de mayo del 2014


Destituir o no destituir al gobernador es la discusión en Morelos. Sacar o no sacar a Graco es la antesala a lo que se aproxima, pues dentro de poco tiempo Javier Bolaños, Matías Nazario, Francisco Coronato, Jorge Messeguer nos pedirán nuestros votos para el relevo del políticamente tímido Jorge Morales Barud. ¿Estamos preparados?
Si bien la democracia no es un campo de flores, sino un campo de diálogo y debates entre ciudadanos y políticos, lamentablemente en Morelos no es así. Por un lado hay una lucha por el poder que se caracterizan por el oportunismo político. Y por otro lado hay una ciudadanía que se caracteriza por su manía al fracaso y ve a todo político como inepto. 
Lo que impera en el ambiente es el #FueraGraco. Esta petición no presume tener una gran propuesta con  estrategia global que integra posturas, sino lo contrario, parece ser una petición que emerge del enojo, la frustración y del oportunismo y se reduce en cambiar a un hombre como si se tratara de un partido de futbol,  sin medir consecuencias, e incluso  posibilitando un vacío de poder y el caos. Esta propuesta no es más que una simulación de participación democrática sana.
Se acercan las elecciones del 2015 para elegir alcalde, no es cualquier cosa pues es en la capital donde se concentra la actividad económica y el mayor porcentaje de votantes potenciales,  ganarla posibilita la hegemonía política y la base para lanzar candidatos a la presidencia. Si los ciudadanos continuamos evadiendo responsabilidades de participación terminaremos construyendo un partido político autoritario que solo benefician a pocos. Sin ganas de caer en un discurso motivacional, creo que en Morelos hay condiciones para fortalecer la participación social e influir en las decisiones que beneficien a las mayorías, creo que podemos distinguirnos de la riña política y llevar el  discurso con análisis y sólidas propuestas.  Entre más próximos a las elecciones la efervescencia aumenta,  prepárense para ver en su timeline  el Street fighterde los políticos y patrocinadores, ojalá la ciudadanía se pueda diferenciar de esta dinámica. 
Posdata: Decían que los mexicanos sólo se expresaban en las redes sociales, que eso es inofensivo, incluso para algunos, estas personas son simples “analistas de sofá”. La reforma Telecom evidencia lo contrario. No debemos desestimar la fuerza y el poder de las redes sociales. 
*Estudiante de Historia de la Facultad de Humanidades, UAEM.

@HClaudiacruz