domingo, 5 de agosto de 2012

Retahíla

Sábado, 12 de mayo de 2012
Miguel Ángel Romero Méndez* 

Borges escribió alguna vez que a todos los hombres les toca vivir en una época difícil. Yo estoy de acuerdo con él. Mi época es difícil porque es la época del doble discurso, de ser diplomático cuando conviene a mis intereses y ser tolerante al grado de tolerar la intolerancia. Me tocó vivir junto a gente que se queja de todo a todas horas y piensa que las cosas se van a solucionar solas. Me tocó vivir junto a personas que hablan sobre “la corrupción”, “la inseguridad”, “el desempleo” pero nunca se han preguntado a que se deben. Personas que quieren calles limpias, avenidas sin baches, que saben que el dinero no crece en macetas ni se oculta bajo las piedras pero que prefieren evadir impuestos y dar mordidas. Personas que creen que aquellos de conducta intachable van a estar en los puestos de gobierno. Personas que no aceptan su responsabilidad por mínima que esta sea. Personas que culpan a la caja de pandora de todo lo desagradable que sucede. También están los que abogan por la igualdad de condiciones y son los primeros en correr para salvar su patrimonio. Los que no leen ni el libro vaquero y los que cada semana lo compran. Los que hablan mucho y actúan poco. Los que creen que leer veinte minutos al día ayuda a mejorar las condiciones. Los que se han leído ciertas cosas que alguien, en algún momento determinó como respetables y por eso se creen mejores que todos. Los que escriben con palabras grandes, oscuras, rimbombantes e incomprensibles para disimular que lo que dicen no tiene (mucho) valor. Los que creen que tienen un fértil campo de ideas en la cabeza. Los que creen haber encontrado la Verdad y no saben o no quieren darse cuenta de que sólo encontraron una verdad de Perogrullo. Los intelectuales que a los cincuenta años siguen creyendo que van a cambiar el país mediante el discurso. Los que creen que una sola persona puede destruir un país. Los que consideran más peligrosa a la persona que piensa que a la que tiene un arma. Vivo en la época donde cada lunes nace alguien que tendrá delirios mesiánicos. La época que no construí pero donde leo, escribo y duermo. 

*Estudiante de filosofía de la Facultad de Humanidades UAEM

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