viernes, 15 de julio de 2011

Fugas ante la amenaza de la vida

César Octavio Cortés Velázquez*
Sábado, 30 de abril de 2011

Si es cierto que las dificultades forman el carácter fuerte de los individuos, estos tiempos violentados estúpidamente pueden ser los más adecuados para manifestarlo y reforzarlo, y fomentar una cultura de la singularidad, del perspectivismo. Pues sin vida no hay perspectiva, como no hay perspectiva sin vida.
La vida, desde su más remota anterioridad, enfrenta la amenaza; y la vida es vida, porque ha superado la amenaza. Y aquí es cuando el carácter fuerte cobra importancia, ya que por medio de éste se busca afirmar la vida ante la amenaza que siempre está presente. La construcción del carácter es parte del movimiento que hallamos en el curso de la vida. No sobrevive, pues, el más fuerte sino el que afirma la vida en su singularidad, es decir, aquél que crea una mejor unidad cultural aparejada, constantemente, con un carácter fuerte que afirman la diversidad de la vida. Esto puede considerarse como un conjunto de líneas de fuga, no de huída, ante la amenaza, como la que representa la política federal.
Entonces, si la vida resiste a la amenaza, la cultura habremos de pensarla como estimulo para seguir viviendo ejercida por un carácter fuerte que afirma la diferencia. Una sociedad es fuerte cuando en la interacción de sus integrantes nadie amenaza a nadie, es decir, que no se niegue la vida al otro. La cultura es el escenario sobre el que tiene lugar la representación de la autoproducción de la humanidad a través de las diversas formas “espirituales”. Si la cultura es un fenómeno que tiene que ver con prácticas concretas, con aconteceres históricos de sentidos, con validaciones de ópticas de la vida, la verdad nunca puede ser la certeza de un sujeto frente a un objeto. Toda política cultural es decadencia, si niega la diferencia y la variedad de posibilidades, y causa descomposición social si apuestas por una interpretación de la violencia. Toda política de la violencia es un cerco cultural, instituida para subordinar a todo individuo a la interpretación hegemónica, y una bazofia imaginativa, en tanto desestima la cultura y la diversidad. Exigimos que cese la disposición de la autoridad de interpretar la vida como una guerra (negación de vida). 

*Estudiante de Filosofía en la Facultad de Humanidades UAEM
cesar_cortesv@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario