sábado, 23 de julio de 2011

El tren de la diversidad

Angélica Ayala Galván*
Sábado, 23 de julio de 2011

En este tren van diversos pasajeros, cada uno con un pensamiento. Algunos mantienen el mismo sitio de llegada, otros aún no tiene el sitio definido. Cada viajero posee su propia historia, y durante el viaje, se entrelazará con las otras por casualidades o azares del destino. 
En este trayecto se comparten paisajes, música, libros y anécdotas de todo tipo. Algunos pasajeros sufren el recorrido, otros lo gozan, unos tienen miedo y otros tantos ni siquiera se han dado cuenta que están viajando. Varios de ellos no llegarán a la central principal, se quedarán en las estaciones precedentes, en las que al mismo tiempo habrá pasajeros que estén esperando con ansia o infortunio la llegada del tren.
A lo lejos, se escucha acercarse, poco a poco, un tren que viene en línea contraría. Al quedar en paralelo, por escasos segundos se alcanza a percibir lo que sucede en el vagón opuesto; otras historias, otros pensamientos, otros pasajeros que por un momento entrelazan miradas. Sin saberlo, en este vaivén los viajeros han compartido un pequeño instante de su vida, el cual puede, o no, ser significativo.
Cada tren, cada vagón, cada pasajero tiene un mundo dentro, en el que se comparten relaciones con otras personas, éstas pueden ser de amistad, de desprecio, consanguinidad  e incluso puede que no tenga un término para referirme a ello.  
Así, como en cada uno de los viajes del tren de la diversidad, las sociedades van y vienen, cada una con sus propias lógicas y paisajes, éstas suelen ser como los vagones a los cuales sólo se tiene acceso por un momento, y de ellos sólo observemos una parte de su esencia.
Aunque no se logre distinguir qué pasa en cada vagón del tren opuesto, es interesante tener la noción de que atrás, delante, e incluso a los lados, existen más vagones que mantienen una línea: la línea de la diversidad, que lleva a destinos nunca imaginados.
En este momento el tren se detiene y después de un breve descanso nuevamente comenzará a avanzar. Por la puerta suben varios pasajeros, entre todos ellos hay una persona que me ha hecho pensar todo esto, tal vez en este trayecto pueda conocerla, o tal vez se pierda entre la multitud, mientras tanto, agradezco este pensamiento que puede que se desvanezca con el paso del tiempo o que perdure en este viaje sin regreso.

*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades UAEM.
angyayala@yahoo.com.mx  

No hay comentarios:

Publicar un comentario