domingo, 17 de febrero de 2013

Se escucha el eco del pueblo tepozteco

Angélica Ayala Galván*
Sábado, 15 de diciembre de 2012

Una vez más el pueblo de Tepoztlán resiste, alza la voz y le recuerda al gobierno que no está dispuesto a cambiar su riqueza natural y cultural por un proyecto carretero. Esta situación permite observar diversos aspectos, uno de ellos es el discurso que manejan las autoridades para poder avalar mega proyectos como las carreteras, las presas o la extracción de minerales, el cual gira alrededor de palabras como: progreso, desarrollo y desarrollo sustentable. 
Pareciera que sólo son simples palabras, sin embargo, éstas adquieren fuerza al ser concebidas por el gobierno a través de objetos y obras, esta perspectiva se ha ido naturalizando hasta el punto de crear en las personas una necesidad por consumir no sólo objetos sino también pensamientos que, las más de las veces, están encausados para que la gente crea que la acumulación es la mejor opción. El autor Marshall Sahlins expone que el desarrollo es parte de ese sistema que busca satisfacer los intereses del mercado, quien explota toda clase de recursos y después los ofrece al por mayor, restringiendo el acceso a éstos. 
Actualmente se construyen grandes obras en nombre del desarrollo, pero en realidad lo que se busca es legitimar a los gobiernos, pero más que ello, se busca satisfacer las necesidades económicas de las grandes empresas, a las cuales no les interesa en lo absoluto el bienestar de la población, ellos sólo buscan que sus negocios crezcan no importa que esto tenga que ser a costa de colocar a las personas como carne de cañón. Su Dios es el dinero y a pesar de que juran que todo es por bien de la tierra, no les importa acabar con lo que les rodea. 
Es momento de que las empresas y el gobierno comprendan que no se puede invadir territorios en los cuales, las personas han entablado una relación simbólica e identitaria, es su mundo, es su vida y ésta no debe ser destruida. Tepoztlán sigue en lucha, sus mujeres, sus hombres, jóvenes y niños tienen en claro que la tierra no se vende, se ama, se cuida y se defiende, y hay de aquellos que quieran invadirla. 

*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades de la UAEM
angyayala@yahoo.com.mx

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