domingo, 13 de febrero de 2011

Comunicación rota

César Octavio Cortés Velázquez*
Sábado, 15 de enero de 2011

La gravedad de la necedad del Presidente de movilizar la policía, entiéndase también militar, está en el control de la comunicación, es decir, de nuestras actividades cotidianas: trabajo, intercambio, comodidades, entre otras. Estamos siendo violentados por la política del gobierno, al instituir por completo nuestra conducta a la violencia beligerante. Al movimiento social lo empuja la violencia, y en su trayecto arrastra corrupción, ambiciones, traiciones, intranquilidad, muerte. Padecemos la privación de la característica que dice que la policía es la que debe mantener a los individuos felices, entendiéndose como resguardando sus vidas completas, cómodas, tranquilas. Estamos, lamentablemente, presenciando cada vez más, sin duda alguna, ningún tipo de reforzamiento de la potencia social. Lo que peligrosamente sí estamos padeciendo, a través de la policía, es la instauración para que el Estado siga ejerciendo su poder y aumentando su fuerza sobre nuestras comunicaciones. Apropiémonos de la resistencia que soporta y al mismo tiempo modifica el poder del Estado, que trastoca la subjetividad. En otras palabras, la resistencia permite subvertir el orden del poder. La gran posibilidad que tenemos quienes discrepamos con esta política es que el poder se ejerce y no se posesiona de manera indeterminada. Pues la resistencia irrumpe en el contexto sociopolítico, mientras que el Estado tiende a inscribirlo -o lo pretende- dentro de este contexto. Así pues, los militares ya no representan la última reserva del orden que se mantiene fuera del juego político para sólo intervenir en última instancia. Su continua intervención -muchas veces torpe y corrupta- y su control directo sobre las acciones políticas que corresponden al problema de las drogas evidencian el agravamiento de la crisis y la falta de interés inmediata por resolverla por parte de los políticos ineptitos y/o corruptos. El militarismo está provocando el resquebrajamiento de la comunicación social que fortalece nuestras vidas, pues sólo nos preocupa la seguridad personal, pero lo lamentable es que suele ser por medio de la autocensura. Restablezcamos la comunicación a nuestra vida cotidiana desde cualquier lugar bajo cualquier forma. 

*Estudiante de Filosofía en la Facultad de Humanidades UAEM
cesar_cortesv@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario