viernes, 15 de noviembre de 2013

El trauma en la escritura de la Historia

Alejandro Ramos*
Sábado, 19 de octubre de 2013

Dentro de la Historia es común el uso de términos propios de otras ciencias para explicar los fenómenos y las causas de los mismos. La psicología ha dado muchos términos con los que comúnmente se coquetean los amantes de Clío, el Trauma es uno de ellos. Como mexicanos estamos acostumbrados a escuchar esta palabra dentro de frases como “el trauma de la conquista” “el trauma de la pérdida de territorio”.
Las situaciones y acontecimientos que llevan al límite a una sociedad en un momento histórico determinado, que la conmueven de manera sin precedentes o que involucran grandes pérdidas humanas o materiales conllevan a la aparición de traumas intergeneracionales, y es aquí donde el asunto se vuelve interesante. Haciendo una comparación entre un individuo y una sociedad en un momento histórico, los traumas o mejor dicho, la manera en cómo se transmite la información que provocó el trauma determinará, en gran medida, las actitudes que el afectado tendrá en su futuro, negativas, si no se soluciona el trauma a tiempo.
Todos los países y naciones del mundo tienen sus propios traumas, algunos ejemplos de ellos son el holocausto, la bomba de Hiroshima, los bombardeos en Londres durante la XIX, los horrores de las dictaduras latinoamericanas, entre otras. En nuestro caso como país, los más promovidos para traumatizarnos son la conquista y la revolución, que nos han sido impuestos como heridas que no sanan porque se encuentran arraigadas en la colectividad y constantemente picoteada por la educación oficial y las conversaciones de la familia que aunque amorosas y con fines didácticos no dejan de ser las que más se quedan grabadas en las mentes más jóvenes.
Que nuestro país viva en una constante re traumatización es algo innegable como nuestro deseo de evocar nuestra Historia como muy heroica y dolorosa, si a eso le aumentamos que no vivimos precisamente la realidad más pacifica encontramos una lógica de auto infringirse dolor al más puro estilo masoquista, ¿son los traumas totalmente dañinos a una sociedad? La Historia nos arroja a veces una esperanza si somos capaces de encontrarla y actuar en nuestro presente, una revisión de los acontecimientos traumáticos, el impacto y significado puede servir de impulso para tomar decisiones más concienzudas a nivel individual como sociedad.
Es necesaria una revisión personal y a nivel institucional de la propagación de estos traumas que nos lastran al pasado, y que convierten a la Historia en un sutil veneno, lo bueno es que como todo trauma doloroso, sea una separación amorosa, la muerte o un cambio brusco que puede ser superado y con el tiempo pasar al olvido.

*Estudiante de Historia de la Facultad de Humanidades UAEM.

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