domingo, 15 de septiembre de 2013

Sobre las explicaciones anti-históricas y anti-humanas

José Alejandro Ramos Soriano*
Sábado, 24 de agosto de 2013

La necesidad de explicar y buscar respuesta a fenómenos y acontecimientos es una de las cualidades más grandes y la semilla del desarrollo de la ciencia. Desde los homo sapiens sapiens, con su capacidad craneal de 1600 centímetros cúbicos se agolpaban en sus casas y observaban en cielo asustados por tormentas eléctricas al igual que nosotros hacemos públicas nuestras impresiones sobre un temblor casi de manera instantánea en las redes sociales evidencia que los seres humanos tenemos la necesidad de explicar nuestro entorno.
Sin embargo muchas veces estas explicaciones formuladas suelen ser tomadas por verdades, no por estar basadas en pruebas o explicaciones razonables sino por el consenso y por la autoridad de donde proceden, las preguntas relacionadas con los orígenes de la humanidad y con el universo han sido territorio fecundo para muchos debates entre ideas nuevas y dogmas inquebrantables.
Como bien lo experimento Galileo en 1615 cuando fue denunciado frente a la inquisición por proponer su modelo heliocéntrico, si al salir del recinto pronuncio la frase “y sin embargo se mueve” es algo complicado de afirmar y se invita al lector mejor dudar de esta frase.
Quien llevó al siguiente nivel la posibilidad probar las creencias de la población fue Orson Welles que en Octubre de 1938 con la emisión de una versión de la novela la guerra de los mundos de H.G Wells provocó que muchas personas creyeran que en verdad la tierra estaba siendo invadida, situación a la que posteriormente Hitler se referiría para hablar de la decadencia de los Estados Unidos.
Actualmente, los programas y canales de divulgación como el History Channel y una multitud de programas de pseudociencia que presentan y ponen tanto énfasis en las explicaciones de alienígenas y de influencia extraterrestre para el desarrollo de civilizaciones antiguas como los egipcios, mayas, mesopotámicos y cualquier otra que se les ocurra, es una situación que preocupa mucho.
Probablemente estemos pasando poco a poco a la comodidad de las explicaciones televisivas inmersas en la cultura visual a simplificar nuestras explicaciones cotidianas al punto de poner en duda la capacidad humana, cuestión que nuevamente nos pone en la situación de nuestros antepasados que se agolpaban unos con otros mirando vaga y confusamente el cielo, cuestionándose sus orígenes.

*Estudiante de Historia de la Facultad de Humanidades UAEM.

No hay comentarios:

Publicar un comentario