sábado, 22 de noviembre de 2014

Repensar la Revolución Mexicana

Mauricio Morales*

Cada año los mexicanos conmemoramos la Revolución mexicana, un movimiento bélico de corte político-social que transformó la vida nacional. Celebramos a nuestros “héroes” revolucionarios que contribuyeron a despojar a Porfirio Díaz del poder, con el objetivo de crear un Estado más democrático. Me atrevo a entrecomillar el calificativo de héroes, precisamente porque personajes como Zapata, Villa, Carranza o Huerta fueron considerados unos bandoleros, impostores o saqueadores en su tiempo. Por ello, vale  la pena preguntar: ¿qué celebramos entonces?
La invitación es la siguiente: repensar la Revolución mexicana. Si escudriñamos un poco este acontecimiento histórico, nos daremos cuenta que quienes “ganaron”, por decirlo de alguna forma, no fueron los pobres, sino los dirigentes de masas, los que tuvieron los medios para conducir la Revolución a un fin particular. La Revolución mexicana, de acuerdo con la definición de Arnaldo Córdoba, ha sido conceptualizada como “democático-liberal, agraria, popular y antimperialista.”
La Revolución mexicana tenía como objeto mejorar las condiciones de vida de los sectores sociales más desprotegidos: los obreros y los campesinos. No obstante, quienes más se beneficiaron de la lucha armada fue la clase media emergente, así como miembros de la clase alta proveniente del porfirismo. No resulta sorpresivo dicho resultado. Si Porfirio Díaz había justificado su estancia en el poder porque el pueblo mexicano no estaba preparado para la democracia, cabe preguntarse lo siguiente: ¿y después del porfiriato sí? No lo creo.
El balance crítico de la Revolución se traduce en una sociedad desfragmentada, donde los pobres o las clases más marginadas sufrieron los estragos causados por los políticos que se encontraban en el poder; las clases medias, por su parte, buscaron ascender social y políticamente; y por último, la clase alta se supo manejar en el contexto bélico con tal de no perder sus privilegios.
Ahora bien, ¿por qué es tan importante recordar la Revolución mexicana año con año? Precisamente porque fue una guerra civil que nos invita a pensar, o a repensar que los mexicanos si no nos ponemos en un proyecto mexicano común y justo para todos, tal y como sucedió con los constantes desacuerdos entre los bandos revolucionarios, seguiremos repitiendo la misma historia. Hoy por hoy, seguimos arrastrando esa pesadilla de la Revolución, anhelando lo que todavía no tenemos: consolidarnos como un país fuerte, con justicia social y democrática.


*Estudiante de Historia de la Facultad de Humanidades, UAEM.

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