sábado, 29 de noviembre de 2014

A cinco horas y el mundo de cuatro dimensiones se descubrió

Carla Martínez*

Faltaban cinco horas para que Santiago obtuviera el grado de doctor en Filosofía de la Ciencia. Abrió lentamente los ojos, colocó las manos debajo de la cabeza, flexionó la pierna izquierda mientras la otra quedaba paralela a la cama y miró fijamente el techo blanco de su habitación. Tomó su celular y le dio un vistazo a las noticias en su portal preferido. En primera plana aparecía: “Curiosity transmite imágenes de un universo de cuatro dimensiones”.
De inmediato salió de la cama y fue directo al ordenador, quería saber más detalles acerca de la noticia; entonces se enteró de que este universo tenía habitantes, quienes también eran de cuatro dimensiones. La NASA y los principales institutos de los países del G20 ofrecían trabajo a filósofos, antropólogos, sociólogos, politólogos, escritores, astrónomos, traductores, arquitectos, artistas y cualquiera que pudiera colaborar en responder la pregunta: ¿cómo explicarle a los humanos la posibilidad de un universo de cuatro dimensiones? esto con el objetivo de que se pudiera establecer contacto entre ambos mundos.
Santiago no lo dudó y empacó para ir a Chile, al Centro astronómico ALMA, el más grande y potente (al menos desde las definiciones de este mundo de tres dimensiones). Al llegar al sitio, la pregunta estaba respondida. No fueron los grandes especialistas los que dieron solución, sino que mujeres, homosexuales, bisexuales, transgéneros y otros representantes de grupos que han estado en lucha por reconocerse como habitantes con derechos igualitarios. La respuesta la dieron todos  apuntando a una idea común: “Llevamos mucho tiempo tratando de que comprendan que hay otras formas de vivir alternas a las que se define como las «normales», es por esto que tenemos un ejercicio de antaño de hacer explicitas las diferencias para explicar lo común entre nosotros”.
Los periodistas estaban subiéndose a sus respectivos carros, la rueda de prensa había terminado cuando Santiago bajaba del taxi; aún estaba a tiempo para ir a su examen, no obstante, decidió no ir porque su tesis sería destruida con la noticia de un mundo de cuatro dimensiones. Actualmente, él es editor en una revista literaria llamada Dimensiones des-conocidas, que se encarga de des-escribir, es decir, escribir los textos más conocidos de este mundo (planeta Tierra) en textos que describen todo en cuatro.

*Estudiante de Antropología Social de la Facultad de Humanidades, UAEM.

Carlamartigon@gmail.com

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