domingo, 23 de agosto de 2009

El azul de rodillas

Samantha Brito*
lamunequitaverde@hotmail.com

Domingo, 23 de Agosto de 2009

¡Cómo olvidar este cinco de julio! Cómo olvidar que el PRI despojó al PAN del señorío capitalino en el estado, pero además el desmantelamiento del Congreso local así como algunas gubernaturas, cuando apenas los azules estaban saboreando el deleite del poder. Pero no les duró mucho.

Aspectos como el bajo porcentaje pero al final de cuentas abstencionismo que se registró durante la jornada electoral de este año y el triunfo del PRI en la capital, no fue más que la muestra del hartazgo ciudadano hacia los gobiernos, que además de supuestamente “dirigir” el rumbo hacia un “desarrollo”, presentaron patrones recurrentes de autoritarismo, prepotencia, despotismo, compadrazgo, entre otras cosas, que lograron que los brotes de inconformidad social estallaran y se inundara la ciudad de protestas por siempre ignoradas por los funcionarios panistas, particularmente, Sergio Álvarez Mata, ex secretario de Gobierno y ex candidato a la alcaldía de Cuernavaca, y Jesús Giles Sánchez, ex presidente municipal de esta misma ciudad.

Estas elecciones evidenciaron la agonía y muerte de la carrera política de Álvarez Mata, que si bien al arranque de sus campañas pidió perdón al magisterio de Morelos por los desacuerdos y su desinterés hacia la oposición de los maestros de educación básica a la tan cuestionada Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), esto no fue suficiente para sanar el resentimiento, la ira y la decepción, no tan sólo de este gremio sino de una parte considerable de la ciudadanía.

Este ejemplo, aunque parezca local y aislado, es la forma en que el PAN se verá de aquí a tres años, cuando sean las votaciones para elegir al Presidente de la República, al resto de los gobernadores y los senadores: de rodillas. Buscando en vano el perdón para tener la caridad de los ciudadanos en las urnas del 2012. Como dirían por ahí: “dando patadas de ahogado”. Porque la jornada electoral de este año fue determinante para que por lo menos, los panistas hayan temblado por un rato. Recuperarse de la derrota –más no superarla– y pensar en qué hacer maquiavélicamente para no perder la silla presidencial y además que Morelos no regrese por completo a las manos de los dinosaurios del poder.

*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades de la UAEM.


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