jueves, 6 de agosto de 2009

¡Despierten!

Samantha Brito*
lamunequitaverde@hotmail.com

Ahora que estamos tan cerca de las elecciones intermedias, los movimientos sociales o fenómenos de descomposición social más importantes de Morelos –y por qué no, de todo el país– deben resurgir de modo que recuerden la ineficacia y la indolencia de los gobiernos tanto estatal, encabezado por Marco Adame Castillo, como federal, con Felipe Calderón Hinojosa, ya que la ciudadanía está en tiempos de reflexionar sobre su realidad social, evaluar la labor de los actuales gobernantes, conocer propuestas de los candidatos y, con ello, emitir su sufragio el próximo cinco de julio.

En estos momentos, la ciudadanía padece una crisis económica, social y de inseguridad, y de paso debe pensar en quién depositar su voto, decisión que, hoy por hoy, no aparece en la lista de prioridades, porque ante todo busca el desahogo diario de las necesidades básicas que no han sabido satisfacer los gobiernos en turno, para finalmente subsistir a medias.

Sin embargo, los movimientos sociales deben cuidarse de no convertirse en un botín político para quienes no cuenten con propuestas para esta contienda electoral, ya que la perversidad es tanta que los candidatos pueden abanderarse con esta inconformidad, que irónicamente fue ignorada por todos los partidos políticos.

Es por eso que, no se debe dejar de vista –aunque la mayoría lo sabe de sobra, pero no está demás recordarlo– que ahora con la cercanía de la jornada electoral, los partidos políticos utilizarán –o ya lo hicieron– perversamente todas las herramientas de la propaganda y la retórica, por cierto, siempre redundante y vacía, para vender una imagen bonita y paternalista que desgraciadamente, a estas alturas, muchos ingenuos la comprarán. Claro, sin dejar de lado el uso oscuro de cortinillas de humo, como recientemente se dio con este virus –más que epidemiológico, como estrategia política– de la influenza.

En esto, sobresale el compromiso que debe asumir la prensa, ya que si bien los intereses económicos superan la labor de informar con la mayor veracidad, tiene en sus manos el deber de sacudir la memoria colectiva, recordar al ciudadano los hechos que matizan la realidad social a la que está sometido, porque el periodismo es escribir la historia diaria y bien dicen que el hombre que ignora su historia está condenado a repetirla... ¿Más errores? Creo que ya se tuvieron suficientes.

* Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades de la UAEM.

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