domingo, 5 de enero de 2014

De aumentito en aumentito se vacía el botecito

Patricia Romero Ramírez*
Domingo, 29 de diciembre de 2013

Este año finaliza con el anuncio de dos aumentos económicos bastante significativos. El primero de ellos ocurrió el pasado 13 de diciembre, y me refiero al incremento en el costo del boleto del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, en el Distrito Federal. El segundo de ellos comenzará a aplicarse en 2014, y es el que se realiza anualmente al salario mínimo.
Ambos aumentos son significativos por lo desalentadores que resultan, pues mientras uno afecta en mayor grado a la economía popular, el otro no resuelve absolutamente nada en la deficiente económica de las familias.
Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, había prometido durante su campaña política no elevar el costo del boleto del Metro, y ahora, contradictoriamente, ha dado el banderazo para que se efectúe el incremento de $3.00 a $5.00 pesos, el cual avala sin la simpatía ni la aprobación de los ciudadanos, mediante una encuesta aparentemente fantasma, pues gran parte de las población del DF aseguran no haber sido encuestados.
Por otro lado, el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos acordó otorgar 3.9 % de incremento en el salario mínimo para el próximo 2014, lo que equivale a 2 pesos con 52 centavos. En palabras de Enrique Galván Ochoa, analista y colaborador en MVS Noticias, con este aumento “apenas alcanza para cinco tortillas y medio boleto del metro”. ¿Cómo sobrevive una familia de cinco miembros en esta situación? Cada persona puede comer una tortilla y ni uno solo de los integrantes puede realizar ningún viaje en Metro, ¿cuál es entonces el beneficio de ambos aumentos?, ¿hay un beneficio?
Desde hace algunos días circula en las redes sociales una tabla en la que se realiza un aproximado de los gastos que realiza una familia apenas en lo básico; en ella se calcula lo siguiente: $10 pesos para dos boletos del Metro; $9 para dos pasajes de microbús; $13 pesos para un litro de leche; $10 pesos para un kilo de tortilla y $23.50 para un kilo de huevo, lo que da una suma total de $65.50. Ya con el ajuste del salario mínimo, por lo menos en el grupo A, apenas quedarán libres dos pesos, pues se percibirán apenas $ 67.29 pesos.
El panorama que se vislumbra es absolutamente desalentador, el constante aumento al precio de la gasolina, el gas, el incremento en los alimentos, las colegiaturas escolares, y en general en la mayoría de los productos, merman la posibilidad de un desarrollo real y digno de la población. Como se ha dicho siempre, en México se trata de sobrevivir, no de vivir.

*Estudiante de Letras Hispánicas de la Facultad de Humanidades, UAEM.
andro0717@gmail.com

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