domingo, 5 de enero de 2014

Morelos: Una democracia débil

Claudia Cruz*
Sábado, 14 de diciembre de 2013

Jesus Silva Herzog señala que en un sistema democrático el gobierno debe garantizar los instrumentos de participación ciudadana, así como resaltar la experiencia democrática; es decir, la manera en la que es vivida y percibida por la gente. Uno de los mejores ambientes para que se lleve a cabo la democracia es por la vía de la paz, esta entendida como un proceso que se produce con múltiples factores, como son la cultura, la transparencia y el diálogo. Dicho esto cabría decir que en Morelos vivimos una democracia débil, provocada por la violencia delictiva y por un gobernador que no asegura paz en su estado.
El gobierno de la Nueva Visión inició con actividades que tenían -o tienen- cierta semejanza con algunos rasgos democráticos: la creación de la Secretaria de Cultura, la invitación a activistas sociales para conformar su gabinete y ejercer cargos públicos, además de apoyar a la educación con la beca salario. Su mandato parece incluyente. No obstante, es conveniente analizarlo con ojo crítico.
A decir verdad, para fortalecer la democracia aún falta un largo camino por recorrer. Somos un estado donde la violencia se encuentra en diferentes niveles. Aún faltan muchas cosas por crear, como es el caso de nuevas oportunidades laborales. Sin duda es favorable que el gabinete de gobierno incluya activistas como funcionarios; sin embargo, algunos de ellos carecen de profesionalismo y de los elementos teóricos para ocupar puestos de alta responsabilidad. Y no olvidemos el terreno más resbaladizo: el de la seguridad. De acuerdo con los datos recolectados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública somos uno de los cinco estados más peligrosos del país, y Cuernavaca se ubica en el lugar 18 en un rankin que señala las 50 ciudades más peligrosas del mundo.
En Morelos la percepción de la experiencia democrática es de descontento. Tenemos un sistema débil y lejano del camino de la paz, y esto no sólo se debe a la delincuencia, sino también a un gobernador incapaz de mediar las diferentes voces y sentimientos de sus gobernados. Tenemos un gobierno donde la información no es clara y la falta de transparencia provoca desconfianza y enojo. De igual manera no se aterriza en las necesidades reales de los morelenses. Necesitamos un gobierno que no sólo difunda el respeto a la diversidad y pluralidad, sino que la garantice. Un gobierno donde su única decisión no sólo sea buscar la presidencia en el 2018, sino fortalecer la democracia por la vía de la paz.

*Estudiante de Historia de la Facultad de Humanidades UAEM.
@HClaudiacruz

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