domingo, 11 de agosto de 2013

Entretejiendo la vigilia y el sueño

Óscar Prado*
Sábado, 20 de julio de 2013

¿Haciendo una pequeña reflexión sobre los sueños en la vida del ser humano podemos decir que éstos son de esas cosas que más misterio causa de nuestra propia existencia, claro está, exceptuando la muerte y todas sus interpretaciones. De tal forma que la cotidianidad del hombre está permeada por estas fantasías y temores que se le confunden con lo vivido durante sus horas de vigilia y que inundan sus experiencias oníricas durante las noches mientras descansa. Es esa parte etérea, metafísica que se entreteje con la realidad. Asimismo una serie de percepciones sensitivas, ideas, recuerdos, sentimientos, imaginarios y sueños diurnos y nocturnos son parte inherente de la realidad. Además se puede pensar el sueño nocturno en relación con las horas del día, más que como una simple oposición despierto/dormido, como una persistencia de las propias experiencias vividas en la vigilia en una continuidad durante esas horas de sueño. Tomando en cuenta que los sueños también se presentan mientras estamos despiertos podemos decir, que éstos pueden contener así también gran parte de los sentidos de vida que existen en una sociedad, de los imaginarios de felicidad para cada uno de los seres humanos que habitamos este plano vivencial. De tal suerte que las culturas existentes y sus maneras de entender el mundo son en parte cinceladas también a partir de sueños. “Sueño con tal o cual cosa durante mis paseos nocturnos”. Pero también se puede decir: “sueño despierto con ella mientras tomo el autobús”. Los sueños durante la vigilia también son igual de relevantes para la comprensión del mundo cultural y cotidiano del ser humano.
En cuanto a los sueños que tenemos mientras dormimos podemos decir que solamente pueden ser conocidos por el relato del soñador. Éste se enfrenta al despertar con un triple reto: recordarlo (memoria); organizarlo en forma de relato (representación) y caer en interpretaciones, así como recibir las del oyente (significados). Los sueños nocturnos además no son controlables por el soñador, pues se le imponen de cierta manera involuntaria como cuando se sueña algo que despierto el soñador estaría negado a aceptar. Otra oposición simplista en la que se tiende a caer es la de cuerpo/espíritu, pero se ha observado que en las culturas africanas el rayi o ánima e el doble del cuerpo mientras duerme. Este doble se desprende del cuerpo viajando fuera de éste, pero al mismo tiempo es parte del cuerpo el que viaja. Cuando alguien sueña con una persona es el rayi de esta persona la que visitó al soñador, es decir que el cuerpo tuvo contacto con dicho receptor (soñador). Finalmente este viaje es lo que recuerda el soñante cuando despierta. Dicho doble está asociado a la sombra. Algunos indígenas incluso llegan a dar más peso a los sueños para tomar decisiones importantes para su comunidad que a lo experimentado durante la vigilia. Como podemos observar, los sueños son parte primordial, tanto en la constitución de nuestra idea del mundo, como de las motivaciones que pueden ser motor de las transformaciones de la propia cultura, la sociedad y por supuesto de la misma existencia. Pero los sueños son más que una simple introspección del ser humano. Los sueños incluyen los sentimientos como el amor, la ternura, la rabia, la tristeza, el desconsuelo y otros que le impactan tanto cuando se despierta, como cuando sueña despierto. Esto determina muchas de las acciones que emprende a lo largo de su vida. 

*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades UAEM.
huapangomurga@hotmail.com

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