domingo, 14 de julio de 2013

Con la lluvia llega la resistencia

Angélica Ayala Galván*
Sábado, 13 de julio de 2013

La lluvia nos alcanzó una vez más y junto a ella hay miles de historias por contar. Una de ellas, es comenzó hace un año, un grupo de personas en el municipio de Tepoztlán se unió para evitar que los cerros y su tierra fueran invadidos con la finalidad de ampliar la autopista La Pera-Cuautla.
Poco a poco este grupo fue buscando soluciones y respuestas, pero sólo se encontraron con más preguntas que les han permitido aprender durante el camino, reforzar sus lazos comunitarios.
A lo largo de los meses, este movimiento social no sólo ha luchado por su territorio sino que ha pasado de la palabra a la creatividad. Las y los jóvenes han hecho de la música, de la danza, de los murales, de las mantas sus formas de expresión, han sido sus formas de manifestar su preocupación y de combatir la apatía de aquellos que siguen creyendo que nada se puede hacer.
Así como esta lucha hay muchas otras en el estado de Morelos, ejemplo de ello son Huexca o Tetlama, las cuales defienden sus tierras de las transnacionales que buscan explotarlas. En el país, hay otros conflictos por la construcción de autopistas, como el caso de la comunidad otomí de San Francisco Xochicuatla. Cada una de estas luchas parecen estar separadas, sin embargo comparten un objetivo en común: conservar su entorno y que sus formas de decisión a través de usos y costumbres sean respetadas. Asimismo muestran que hay gente trabajando, preocupada por hacer algo y esto es muy importante si se tiene en cuenta que estamos inmersos en un sistema que busca la individualidad, porque si se trabaja en equipo el pueblo se vuelve un peligro.Tal como hace 18 años intentaron construir el club de golf, hoy Tepoztlán decide nuevamente cuál será su futuro y al mismo tiempo su problemática permite reflexionar acerca de nuestra relación con la naturaleza y la manera en que se le ha destruido. A estas alturas el pueblo de Tepoztlán no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados, por el contrario nos deja en claro que está dispuesto a seguir luchando para que su mundo no le sea arrebatado.

*Estudiante de Antropología Social de la Facultad de Humanidades UAEM. 
angyayala@yahoo.com.mx

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