Claudia
Cruz*
El
7 de junio de 2015 habrá elecciones, y solo con saber los nombres de los precandidatos,
podemos advertir que el proceso pinta muy aburrido, pues no hay nada
interesante; sin embargo, debemos de ser atentos y tomar decisiones electorales.
Los
problemas de corrupción y conflictos de interés han salido a la luz con mayor
frecuencia, lo que nos indica el modus
operandi de la política mexicana. Es por esta razón que el ciudadano
desconfía del político. Definitivamente esto debe cambiar, debemos de ser más
exigentes con la clase política. La vía para cambiar es por medio de la
legitimidad y la transparencia.
Sobre
este tema surge la campaña #3de3 que encabeza Transparencia Mexicana. Esta
iniciativa invita a los candidatos ser transparentes, con el objetivo de que
los ciudadanos tengamos más información sobre la identidad de los candidatos. Esta campaña consiste en que
los que quieran ser representantes populares hagan públicos tres aspectos:
En
primer lugar una declaración patrimonial; en segundo una declaración de
impuestos: por justicia fiscal los ciudadanos debemos tener la certeza de que
los candidatos han contribuido en la
construcción del presupuesto público. Es importante subrayar que divulgar la
declaración de impuestos no viola la intimidad de los datos personales, por
ello en la declaración de los impuestos únicamente se debe publicar el acuse de
recibo del pago, en la cual no incluye datos personales ni montos. Por último,
se les pide una declaración de conflictos de interés. El conflicto de interés refiere
a los actos frecuentes y dañinos de trastocar en la política, pues se teje el
mecanismo clientelar, lo que da como resultado que los políticos dejen de
servir a los ciudadanos y terminen beneficiando a sus empresas o a las que
alguna vez les hizo un favor. Por ello, la campaña propone que los candidatos
deben de declarar: Si participan o participaron en algún consejo de
administración, así como la de su familia en primer y segundo grado; y si
tienen acciones en empresas o en la bolsa. Si el candidato o político tiene
conflictos de intereses no impide que ejerza un cargo público, sino que se
abstenga a actuar en políticas públicas o legislaciones para garantizar la
imparcialidad.
Ejemplo:
José Borbolla, empresario arribista que creó una A.C para posar en las colonias
más necesitadas solo para buscar la candidatura de la alcaldía de Cuernavaca, algunos
de sus conflictos de interés: su estrecha relación con la familia Estada
Cajigal; su relación con el Grupo Braca a
través de su esposa Elena Trawitz; y su cuñado José Trawitz, actual subsecretario
de Turismo en Morelos.
*
Estudiante de la Licenciatura de Historia, Facultad de Humanidades, UAEM.
@HClaudiacruz
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