Claudia Cruz*
Si ponemos las
palabras violence, corruption and Mexico en la sección de noticias
de Internet, vamos a encontrar reportes de la prensa internacional sobre el
caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. La razón es claro,
pues se trata de un caso abierto en el
que no ha llegado la justicia y no se
han solucionado los problemas de fondo, lo que hace probable que sigan habiendo
desaparecidos por parte del Estado. El
problema no se puede superar hasta que haya justicia y se garantice la vida,
mientras vamos a seguir encontrando corrupción, violencia y México relacionados
con Ayotzinapa.
En el ambiente se
percibe la indignación y el enojo, y es que el suceso per se es inadmisible y el agregado por la manera en el que el
Estado y las instituciones han respondido ha provocado movilizaciones masivas a
nivel nacional. Hay un sentimiento generalizado en la sociedad mexicana, pues
día a día nos encontramos con casos de corrupción, de muertes, de impunidad lo
que hace que esto no es un tema nuevo. Es
por eso que el caso Ayotzinapa tiene tanta fuerza.
Este movimiento dentro
del contexto nacional se ubica en una serie de sucesos donde la población ya se
venía expresando por lo menos desde el 2011: El Movimiento de Justicia y
Dignidad que encabezó Javier Sicilia por la dolorosa muerte de su hijo y el
movimiento No Más Sangre en el 2011 que quería revertir la guerra contra las
guerras; el movimiento estudiantil #YoSoy132 que rechazaba la manipulación
mediática en el 2012 y las movilizaciones posterior a las elecciones que
rechazaban a Enrique Peña Nieto como presidente; en el 2013 con las reformas
energéticas y éste año el caso de Ayotzinapa. Los movimientos anteriores no han
fracasado del todo, pues han ido más allá de su propuesta inicial, sobretodo
han sembrando semillas de conciencia, lograron que la misma gente siga
participando y que otros sectores de la población se una. Estos movimientos de
los últimos años son coyunturales, son síntomas de una sociedad más organizada,
más informada, más activa, es síntoma de una transición hacia algo, que espero,
sea mejor. El caso Ayotzinapa ha logrado unir de nuevo a la sociedad, a sacarla
del sofá para manifestarse, a luchar por un México mejor.
* Estudiante de Historia
de la Facultad de Humanidades, UAEM.
@HClaudiacruz
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