sábado, 5 de noviembre de 2011

Los “humanistas” por las causas injustas

Sábado, 5 de noviembre de 2011

¿Cuántas veces los que nos autodenominamos “humanistas” hemos protestado y repudiado todo acto de prepotencia y de abuso de autoridad?, ¿cuántas veces no hemos levantado la voz llenos de coraje en pro de las causas justas?
En esta ocasión vengo a denunciar y a protestar en pos de una causa justa, a evidenciar el abuso de autoridad que unos “humanistas” están llevando a cabo en el Callejón del libro, ubicado en la calle Comonfort, en el centro de Cuernavaca.
A mediados del mes de octubre Juan Francisco García Reynoso y Héctor Cervantes –quienes creen ser los únicos dueños y la autoridad de aquel espacio cultural– intimidaron y violentaron a Mireylle Nava Díaz, vendedora del Callejón. Los dos sujetos la acorralaron para decirle que no querían que tuviera ningún tipo de relación con Luis Vásquez Galván ni con Edalit Alcántara Pérez -quienes algunas ocasiones han apoyado a Mireylle por encontrarse imposibilitada para ir a trabajar- y por tanto no querían verlos, por ningún motivo, en el callejón. Ahí mismo la amenazaron con sacarla de este espacio si no accedía a su petición, además de exigirle que se sometiera al grupo que ellos comandan. Edalit Alcántara viene sufriendo este tipo de acoso y de amenazas desde hace varios años, pues Yazmín Carmona, esposa de Héctor Cervantes, la ha insultado en el callejón y ha expresado abiertamente querer golpearla. Los motivos de esto, está por demás mencionarlos, son personales, y lo que cabe preguntar es por qué la situación ha trascendido a la esfera laboral y ha comenzado a involucrar a personas ajenas a esta situación, como es el caso de Mireylle.
A mi parecer, el principal problema que se presenta aquí es el hecho de que en pleno 2011 sigamos encontrándonos con este tipo de acontecimientos, donde el honor y la honra siguen defendiéndose a la manera de la Edad Media. A los consumidores no nos interesa si Panchito vio la novela la noche anterior, o si una mujer está ardida porque su novio prefirió a otra y no a ella, nos interesan los libros, el trabajo, y no la vida personal de los vendedores. 
Como consumidora exijo respeto, estos actos misóginos deben terminarse. Este espacio cultural es libre y es de todos, el libre tránsito es un derecho, al igual que las relaciones personales que cada quién decide establecer. ¿Qué nos está pasando “humanistas”?

*Estudiante de Letras Hispánicas de la Facultad de Humanidades de la UAEM
andro0717@gmail.com

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