sábado, 12 de junio de 2010

Un año de pensamiento y reflexión

Salvador García
Sábado, 12 de junio de 2010

Hace un año se inició esta aventura llamada Torre de Babel: un espacio hecho por los jóvenes humanistas de Morelos, cuyas inquietudes confluyen en la Facultad de Humanidades de la UAEM. Literatos, antropólogos, filósofos e historiadores en formación han dado su punto de vista sobre diversos temas, desde la sociología hasta el arte, desde la música hasta la política, sin dejar de lado luchas, inquietudes y pasiones personales.
Igual de heterogénea es la calidad de los textos. Este aspecto, más que una deficiencia, es una riqueza de la columna, pues con ello se demuestra la multiplicidad de colaboradores de Torre de Babel que, sin dudarlo, se ha convertido en el espacio privilegiado desde donde puede conocerse el pulso de toda una generación.
Los columnistas demuestran con ello que la juventud no es ese concepto abstracto que tanto se utiliza en los discursos oficiales o con fines netamente propagandísticos. Demuestran que la juventud no es esa masa irracional que va a la Universidad sólo para obtener un título de esterilidad de pensamiento y cuyo principal objetivo es llenar los bares de la ciudad y aparecer “disfrutando” de una fiesta eterna, como lo han querido vender por años, diversas instituciones y medios del estado. Demuestran que la juventud es una comunidad que, respetando la individualidad de sus miembros, piensa la realidad, discute las anomalías de sus circunstancias y realmente pugna, desde su trinchera, por llevar a cabo un cambio en su entorno.
En Torre de Babel el logos se cuida, se defiende y es la principal arma de los jóvenes columnistas. Constituir un discurso nunca es fácil. Estos estudiantes no lo intentan, sino que lo realizan de la mejor manera posible, con los claroscuros que ello representa. Llevar a cabo un proceso de abstracción de la problemática social, con el fin de intentar respuestas desde el poder de la palabra, siempre es gratificante; que esto mismo lo realicen los universitarios, se vuelve infinitamente enriquecedor.
Simple y llano: no existe otro espacio para los humanistas en formación como éste en ningún medio, ni escrito ni electrónico, del estado. Por eso mismo es necesario agradecer a todo el equipo de La Jornada Morelos, en especial al subdirector Jaime Luis Brito, por haber tenido la visión y la sensibilidad de abrir las puertas de este diario a las voces jóvenes y pensantes de la entidad. Para Samanta Brito, Davo Valdés e Isaac Pueblita, así como para todos y cada uno de los colaboradores de Torre de Babel va mi reconocimiento, pero sobre todo una exigencia: el camino andado demanda un esfuerzo mayor en cada colaboración; sigan demostrando, como hasta ahora, que ni en sus palabras ni en su vida hay cabida para el silencio y la abulia. ¡Felicidades!

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