jueves, 18 de febrero de 2010

Centenario, bicentenario y mexicanidad

Citlali Rossalí Salazar García

Sábado, 13 de Febrero de 2010

Es 2010, otro año que ha llegado, el cual se torna importante para los mexicanos. Nos lleva a recordar hazañas como la Independencia en 1810 y la Revolución Mexicana, cien años más tarde, en 1910. Debido a las fechas, algunos historiadores y sociólogos piensan que la historia volverá a repetirse como un círculo vicioso; que será otro año conflictivo o de guerra como ocurriera en el pasado, pero los tiempos van cambiando y las situaciones no parecen irse a la lucha armada; más bien tienden hacia una reorganización de los pueblos y trabajadores que han visto atropellados sus derechos, y que se han manifestado activamente en los últimos años.

Dentro de este contexto, también podemos ver que luego de tanta lucha a través de la historia, a veces olvidamos la base real e identidad de lo que significó y para algunos, (los más viejos o los más sabios) aún significa el ser mexicanos, algo a lo que se le ha llamado mexicanidad. El concepto se remonta muchos siglos atrás, aproximadamente desde el año 1519, cuando llegaron los españoles o invasores a Anáhuac, y obligaron a cambiar la cultura mexica o tolteca en todos los sentidos: desde el mestizaje cultural, la cuenta del tiempo, la gastronomía, hasta la forma en que se concebía a la realidad o cosmopercepción, y mucho del espíritu guerrero que no se ha perdido por completo, que sigue arraigado en las personas de las comunidades tradicionales, que respetan la naturaleza, siembran maíz y que ven a la tierra como la gran madre dadora de vida.(*)

En este 2010 surgen grandes procesos por recordar, por ello, es necesario acercarnos a la realidad histórica, y a que los jóvenes conozcan su verdadero pasado. Los Toltecas del Quinto Sol así cumplieron su responsabilidad histórica: descubrieron y asumieron su identidad esencial (mexica), nos legaron su introspección colectiva para darnos a conocer las raíces autenticas de lo que significa ser mexicanos, de que somos el centro del universo en el inicio del tiempo, somos responsables de resultados positivos en esta Historia, y que lo único que no cambia son las leyes que rigen los cambios.

(*) Agradecemos la información que fue proporcionada por María Isabel Quevedo Plascencia, profesora investigadora de la Universidad Náhuatl de Ocotepec.

*Estudiante de la Facultad de Humanidades de la UAEM

No hay comentarios:

Publicar un comentario