lunes, 18 de enero de 2010

Como es la música así es el Estado

Abel Caballero Sánchez
megamettAL_boy@hotmail.com
Sábado, 16 de enero de 2010

La música, según se ha convenido, adiestra al alma, la instruye en los terrenos de la armonía y el ritmo, implícitamente le da alguna propensión a la justicia. Un ser que se constituye con armonía difícilmente puede ser injusto. Así, participa en el curso definitivo de los problemas sociales y políticos.

Aceptando el definitivo axioma: “Como es el hombre así es el Estado”, resulta que la música como manifestación del hombre transfigura en emblema del estado. Cualquier criterio objetivo convendrá con que la música que colma nuestra sociedad no es por mucho la más grata.

La música representa a su época y contexto, así que cuando las leyes fundamentales del Estado cambian, deben cambiar asimismo las formas de la música. Procurarse de obras poco nobles constata poca nobleza en lo propio y en lo que se procura a los demás.

Es primordial saber discernir un buen artista de entre un cúmulo de pretenciosos, para idealizarlo y reconocerlo. Cito algunas reflexiones de la filosofía tolteca, ancestral cultura cuyo nombre se transcribe como artista: “El verdadero artista es capaz, se adiestra, es hábil; dialoga con su corazón, encuentra las cosas con su mente. El verdadero artista todo lo saca de su corazón; obra con deleite, hace las cosas con calma, con tiento, compone cosas, obra hábilmente, crea; arregla las cosas, gracias a él las cosas ajustan”.

Mientras la tendencia al lucro subyugue al espíritu, y la originalidad se permute a cambio de popularidad, seguirán proliferando los malos artistas. Como contraposición al buen artista, nuestros antepasados lo refieren así: “El torpe artista: obra al azar, se burla de la gente, opaca las cosas, pasa por encima del rostro de las cosas, obra sin cuidado, defrauda a las personas, es un ladrón”.

Las anteriores citas se ajustan no sólo a artistas sino a cualquier profesión. No se puede omitir que el Estado es lo que es, porque sus ciudadanos son lo que son, antes de esperar un mejor estado debemos dar mejores hombres.

No hace falta más que gozar de las riquezas emocionales y de la satisfacción de estar haciendo algo que mantenga ardiente la pasión por la vida. Podemos estar seguros que la música puede ser un haz de luz para alumbrar un alma, sociedad, cultura o país.

* Estudiante de Filosofía de la Facultad de Humanidades de la UAEM..

No hay comentarios:

Publicar un comentario