sábado, 12 de diciembre de 2009

Un sollozo del futuro, prueba del presente

Citlali Rossalí Salazar García*
Sábado, 05 de Diciembre de 2009

Alguna vez pensé que todo lo que actualmente ocurre se encontraba lejano aún, que no lo llegaría siquiera a vivir. Todo llegó a ser visto como una película de ciencia ficción: la terrible devastación ambiental como cuarto jinete apocalíptico; la crisis económica que se vuelve más palpable ante la falta constante de dinero; la imposición de los gobiernos y totalitarismos aquí y alrededor del mundo, entre muchas otras cosas.

Sé que en el presente el mundo está mal, pues el capitalismo ha impuesto una forma diferente de pensar en la sociedad, lo vemos reflejado en las calles, sobre todo en las grandes ciudades, en publicidad y anuncios, que crean una cultura de consumismo, simplemente “comprar y tirar”. El poco cuidado hacia la naturaleza es consecuencia de este consumismo; la gente se ha acostumbrado a vivir, dándole una valoración incierta a las cosas, es decir, el costo por cuanto es usado un objeto y por cuánto dinero se puede cambiar éste por otro, entonces ¿cómo evaluar todo lo que es natural y libre?

Los espacios verdes se reducen por la tremenda deforestación y a veces denunciar trae consecuencias negativas, como represión, tortura o asesinatos. La vida se vuelve más agitada, el canto de las aves de pronto se desvanece sin que lo notemos siquiera. Los fenómenos ambientales, como el calentamiento global, han tenido en los últimos años, un proceso de aceleración, que en el presente trae consecuencias que se vislumbraban para el futuro.

El pretexto: “ya no hay tiempo”, “tengo que trabajar”, “salir adelante”; ya no hay tiempo para escuchar a nadie ni a nada; se desmoronan las relaciones humanas, nadie mira a su alrededor, nadie contempla siquiera lo que está a punto de desaparecer. El consumismo una vez más ha encontrado una razón para seguir formando riqueza, pisoteando la clase baja, destruyendo los recursos naturales, matando animales, rompiendo hábitats, creando muerte, odio, guerras sin tregua, humo, contaminación.

El planeta mismo se asfixia por la destrucción y voracidad de una especie. Nada parece tomarse en serio, pocas personas tienen el don de darse cuenta, de ver lo que sucede; la cuestión ambiental se toma por moda, no como una forma de vida sustentable, que proyecte hacia el futuro y proponga a los gobiernos algo mejor de lo que se vive ahora.

* Estudiante de la Facultad de Humanidades UAEM.

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