domingo, 29 de enero de 2012

A.M.O.R

Ángel Álvarez Franco*
 
Para Lezly Dayra Anzures González
¿Qué será el amor? Creo que sería presunción tratar de exponer una respuesta, pues cada persona lo entiende como puede, como le han enseñado o como lo ha sufrido, para muchos el amor es un sentimiento que se capta a través de un radar ubicado en lo más profundo de las tripas, donde se sienten las maripositas.

Para muchos otros alexitímicos, el amor no es más que un psicodélico coctel de químicos orgánicos que atacan frenéticos al menor impulso generado por nuestras necesidades, el apareamiento o la saciedad de nuestras carestías.

Muchos no podemos entender el amor sin el dolor en medidas discretamente letales, no podemos negar que el amor sea un dolor dosificado a intervalos de dicha, placer, hartazgo, alegría, tristeza, lujuria y la transferencia de fluidos corporales. No existe un amor por el cual no se tenga que batir en duelo la salud mental, no existe un amor por el cual no se deba violentar nuestra terquedad individualista, pues, el amor también es dejar de ser uno para poder ser dos en uno, no se puede pedir sin dar y quien afirme lo contrario es porque es un esclavo o un déspota, violento usurpador de amor que lo roba, lo quita a quien no quiere darlo, quien golpea y dice amar mediante sus puños es poco menos un enfermo mental y quien lo soporta es simplemente otro enfermo de la misma marca.

El amor, el buen amor, es aquel que te hace experto en violencia psicológica, te curte y te hace aceptar a quien tienes enfrente, las necesidades de los dos se integran en una creación amorfa y gelatinosa a la cual llamamos relación.

Igualmente el amor tiene muchos nombres, nombres de entes sobrenaturales y creados para ser adorados, temidos y amados, nombres siniestros que evocan nuestros temores, en mi caso el amor por fortuna se llama Dayra, en mi caso el amor significa resistol. ¿Resistol? Sí. Estar pegados hasta los huesos y pase lo que pase “mientras no pase el amor ni las ganas de estar juntos” mantenernos pegados apoyándonos, como decían mis abuelos, “siendo sandalia el uno del otro”.

No me queda más que agradecer a quien me ha enseñado y dado mi propio significado del amor, esperando jamás dejar de soñar, en caso de que el amor sea un sueño, qué más da. Al final de los buenos cuentos siempre los sueños se hacen realidad. Te amo Dayra
*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades UAEM.

domingo, 22 de enero de 2012

La ética de la semejanza y la lucha por la defensa ¿de la otredad o de la misma semejanza?

Carla Silvia Campos Torres*
Sábado, 21 de enero de 2012
No siempre fuimos tan diferentes
Hermanos de Garras, 2010 

Existe en occidente un discurso tradicional que hace la diferencia radical entre humano/animal y cultura/naturaleza. Pocos se detienen a reflexionar acerca de esta separación y de este discurso que funda la explotación y violencia hacia los llamados animales. La crítica de esta reflexión está dirigida a los grupos de lucha, de resistencia y defensa de la vida animal en general, incluido el grupo al que pertenezco. 
Dichos grupos, algunos en menor cantidad que otros, siguen reproduciendo este discurso discriminatorio y exclusionista. Su lógica de relacionarse y percibir la animalidad no propone nada más que incluir la llamada vida natural o animal a la comunidad llamada humana. Así, se lucha por leyes que prohíban, que castiguen la violencia y la discriminación. Las preguntas que propongo hacer en este espacio para conducir la reflexión son: ¿Podemos pensar en la animalidad desde otro lugar que no sea la forma de relacionarnos entre nosotros, entre los semejantes?, ¿Por qué debemos enmarcar eso que llamamos animalidad en un discurso antropomorfo?, ¿Debemos traer a nuestra comunidad moral a los animales? ¿O más bien tenemos que replantear nuestra relación con ellos?. ¿Es que no podemos tratar con formas de vida distintas a las nuestras y por eso absorbemos a la diferencia como semejanza?. 
El problema radica en la prisa que todos tenemos para que acabe el sufrimiento de los animales, de los otros. No dudo de las buenas intenciones de quienes luchan por la vía legal pero creo que debemos deconstruir nuestro propio discurso y pensar si lo que proponemos como solución no es también la reproducción de cierto tipo de sometimiento. 
La cultura especista no sólo está basada en “la mala educación” o la “inconciencia”. Hay lógicas, mecanismos de poder que engranan en determinadas formas de relacionarnos para que este rechazo hacia la animalidad tenga efecto. La explotación de cierto tipo de vida está atravesada por el sistema económico, social, religioso pero todo parte de una misma raíz: El patriarcado. 
Respecto a algunos argumentos que muchos damos para lograr el respeto hacia los animales humanos se encuentra el del sistema nervioso. El argumento que pone en igualdad a los humanos y los no humanos. Se dice que los animales son seres sintientes igual que nosotros; que sienten el hambre como nosotros; el frío como nosotros y todas sus necesidades resumidas a ser como las nuestras. El llamarlos prójimos, incluso el llamarlos hermanos, cae en la situación de respetarlos en tanto que se parezcan a nosotros, cuando entre más alejados estén de nosotros; entre menos los conozcamos tendríamos mayor obligación de respetarlos. El llamarlos nuestros iguales es un argumento narcisista. Con esto realmente no estamos respetándolos sino absorbiéndolos. Entonces ¿de qué otra manera hablar de la defensa de la vida animal? ¿de la vida diferente?. Es una pregunta difícil porque el lenguaje nos limita. Debemos resignificar y replantear las palabras como justicia, igualdad, hermandad y otredad.

*Estudiante de Letras de la Facultad de Humanidades UAEM. 
descristianizadav@hotmail.com

Mujeres y política

Edalit Alcántara Pérez* 
Sábado, 14 de enero de 2012

Las mujeres están en el Estado opresivamente: en una situación 
de subordinación, de dependencia, de discriminación; están en el 
Estado en la desigualdad objetiva frente a una supuesta igualdad 
jurídica, están como minoría política, a pesar de su mayoría social. 
Marcela Lagarde

El 2012 es un año crucial en la política mexicana debido a la carrera que los integrantes de diversos partidos políticos han emprendido para alcanzar su estancia en Los Pinos. Muchos de éstos, conscientes de que la mayoría de la población de este país son mujeres, han implementado en sus discursos la promesa de gobernar echando mano de la perspectiva de género. Sin embargo, los políticos, fuera de los reflectores y de la caza por el voto, no han hecho más que perpetuar el ejercicio de una política patriarcal que les niega a las mujeres la posibilidad de integrarse a la sociedad como sujetos históricos capaces de analizar y trasformar su entorno. 
El amordazamiento político, y por lo tanto jurídico, de las mujeres pude ser harto ejemplificado basta sacar del olvido a Hermila Galindo y Refugio García activistas políticas que lucharon en los años 20´ y 30´ por el derecho a votar y ser votadas. Las manifestaciones y huelgas de hambre llevadas a cabo por estas mujeres lograron que el presidente Lázaro Cárdenas presentara una iniciativa para el reconocimiento a la igualad de los derechos políticos de las mujeres, pero esto no se concreto. En la actualidad, a más de cincuenta años del reconocimiento pleno de los derechos políticos de las mujeres, el panorama no es más alentador pues las mujeres ocupan sólo el “10% en los puestos más altos del gobierno- como Secretarias y Subsecretarias de Estado-, y sólo el 20% en el poder judicial”. La carrera política de una mujer se cimienta en una escala menor y limitada a puestos menores. Con todo esto pareciera que la política mexicana es el nicho ideal para la virilidad de los hombres y la marginación de las mujeres, implementado estrategias que delatan su arcaísmo con resultados catastróficos como la criminalización del aborto y por consecuencia de las mujeres. Sin dejar de mencionar que esta tipo de política ha servido de semillero para la formación de mujeres alienadas que se pliegan a los intereses machistas, heterosexuales, misóginos y burgueses del partido al que pertenecen, en una especie de servidumbre voluntaria, como es el caso de Josefina Vázquez Mota, candidata del PAN a la presidencia de la república. 

*Estudiantes de Letras de la Facultad de Humanidades UAEM

La contradicción en medio de piñatas y buenos deseos

Oscar Prado*
Sábado, 7 de noviembre de 2012

Parece una ironía lo que acontece en estas últimas semanas en los medios de comunicación mexicanos. Por una parte nos podemos encontrar al presidente Calderón dando el mensaje navideño y aludiendo a una tranquilidad pública que se halla bastante lejos de aquel discurso, pues al parecer las palabras “paz” y “seguridad” siguen siendo contradictorias en sus intervenciones en la televisión mexicana a estas alturas de su administración. 
En su mensaje el presidente nos desea “paz y armonía” para estas fechas, junto con varios niños que podríamos ver como un símbolo de esperanza y felicidad; además está su esposa que le lanza una mirada un tanto especulativa (¿se podría decir incrédula?) antes de que pronuncie dichas palabras. Parece no tomar en cuenta lo que realmente está pasando en estos días. 
Minutos después de estos amables deseos nos encontramos en la barra noticiosa con varias ejecuciones colectivas en el noreste del país. Damos una vuelta por los distintos canales de la televisión y nos encontramos con la cifra de 11 ejecutados en la madrugada del 22 de diciembre, a dos días de la navidad, en el tramo Tempoal-Pánuco en el norte de Veracruz, cerca de Tampico, Tamaulipas; además 5 criminales abatidos, todos en la misma zona. 
Seguimos al día siguiente observando la televisión y nos encontramos con la noticia de que en la misma región pero un poco más al norte, se hallan 10 cuerpos (al menos 9 decapitados) en Tampico Alto, Veracruz. 
Y para enmarcar los buenos deseos de Calderón, al prender nuestro televisor el 25 de diciembre y después de ver toda esa algarabía con la que se acostumbra presentar los spots de la presidencia en épocas de fin de año, nos encontramos otra vez en la barra noticiosa, con que se descubrió el hallazgo de 13 ejecutados, en un camión de carga abandonado, esta vez del lado Tamaulipeco, en el tramo del libramiento Moralillo-Tampico, a unos metros de los límites con Veracruz y en plena mañana navideña. Es decir, 39 muertos en menos de cuatro días y sólo en el noreste; por si fuera poco en días de fiesta y buenos deseos. 
La pregunta no parece ociosa en el marco de un inminente proceso electoral en 2012 ¿realmente existe una propuesta que tome con responsabilidad real, además de con sensibilidad y cautela lo que está ocurriendo con el país de entre los futuros candidatos a la presidencia? ¿o nuevamente nos enfrentaremos a un cochinero mediático como el de las elecciones pasadas, que lo único que nos confirma al presente es una sarta de falsas apariencias y mentiras a costa del poder que otorga la presidencia? 

*Estudiante de Antropología de la Facultad de Humanidades UAEM.

miércoles, 4 de enero de 2012

Comunicado de los jóvenes sediciosos

César Octavio Cortés Velázquez*
Sábado, 31 de diciembre de 2011

Nosotros los jóvenes estamos más que atentos ante las políticas sociales de los políticos, que rebuscan elaborar un cierto discurso que oculte su incompetencia y, sobre todo, corrupción frente a nuestra grave situación. Pero parecen no entender que exigimos que paren lo que están haciendo, porque nos están llevando a la ruina. La pobreza es generalizada y las expectativas para nosotros, los jóvenes, se vienen mermando cada año. Al movimiento diario de los jóvenes lo ha venido empujando la violencia, y en su trayectoria arrastra sueños, incertidumbre, traición, y, lo lamentable, la muerte. 
Estamos frente a un sistema que nos está negando un futuro, y ha perdido toda legitimidad, ya que cada vez más se está desatendiendo la potencialidad juvenil, la creatividad. El sistema sigue ejerciendo su poder y aumentando su fuerza intransigente sobre el porvenir de los jóvenes. Pero estamos dispuestos a resistir para subvertir el orden del poder, pues el poder es acción, más no propiedad, y mucho menos del sistema. Nuestra resistencia habrá de irrumpir en el contexto sociopolítico, que está bajo el cinismo partidista que el sistema ha permitido inscribir. Cabe recordar que la rebelión es un acto supremo, pues este estado es por el que un grupo de individuos se manifiestan legítimamente contra la hegemonía presente y, ante todo, a su continuidad. Las instituciones, con sus políticas sociales y económicas, han dejado efectos por alguna causa grave, como corrupción extrema, displicencia contra la voluntad de los jóvenes, violencia en sumo grado, oportunidades laborales nulas, etcétera. Habremos de resistir el caer en esa especie de “cultura de la desesperanza" que busca naturalizarnos en el imaginario colectivo de la imposibilidad de pensar alternativas. 
No estamos dispuestos a ver malograr nuestras vidas ante el desprecio del sistema capitalista. No estamos dispuestos a dar un paso atrás, porque la situación económica, política y cultural es angustiante. Queremos comunicar, que se tendrá que dejar de ejercer las políticas teológicas y violentas, militaristas, para abrirse sinceramente a una actitud democrática. Somos los indignados atravesados por un nuevo siglo.

*Estudiante de Filosofía en la Facultad de Humanidades UAEM
cesar_cortesv@hotmail.com

¡Os pido posada!

Ricardo Molina Domínguez*
Sábado, 24 de diciembre de 2011

Cuernavaca ha dado cobijo a mucha gente de todo el mundo; ¿hoy es fácil abrir las puertas de tu casa a alguien más? Sin duda que no, nunca lo ha sido; abrir las puertas del hogar a alguien es darle entrada a un extraño, aunque este sea un familiar o un amigo. Y sin embargo el dar posada ha sido considerado como un acto loable en muchas culturas en todo el mundo. 
Antes de abrir las puertas siempre preguntamos ¿Quién? La respuesta es de sobra conocida; esta pregunta es ya comenzar un diálogo, pero también ha de significar cuidarnos, medir peligros, riesgos, ser un tanto calculadores. Abrir la puerta ha de ser disponernos al encuentro cara a cara con el otro; al diálogo fecundo que interpela; es un riesgo, sí, pero es un riesgo que vale la pena correr. 
Abrir las puertas es atreverse a conocer al otro, hacer que deje de ser un extraño, para que sea él mismo, para que nos confronte en su extrañeza y para que esa extrañeza pueda hacernos crecer, para aceptar que también nosotros podemos ser un riesgo, un extraño; para aceptar y aceptarnos, es hacer un esfuerzo por entendernos, por comprendernos en las diferencias. 
Abrirse al otro es dar posada en uno mismo, es encontrarse en el otro y también es pedir posada en él; dar y pedir cabida en el interior, es lucha y acción por cambiar la situación violenta, por acabar con la intolerancia, es rescatarse con el otro en una alegría compartida y en el reconocimiento de la dignidad propia y del otro.

*Estudiante de Filosofía de la Facultad de Humanidades UAEM.